marzo 2012
«El que venga a mi, no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed.» (Jn 6,35)

31.3.12
Llega uno de los momentos mas esperado por todos: la Semana Santa. Una semana que nos hace revivir el acontecimiento central de nuestra Redención; nos reorienta hacia el núcleo esencial de la fe cristiana: la pasión,  muerte y  resurrección de Jesucristo. Son días que podríamos considerar como un solo día: constituyen el corazón  de todo el año litúrgico, así como de la vida de la Iglesia. Al final del camino cuaresmal, nos disponemos también nosotros a entrar en el clima mismo que Jesús vivió entonces en Jerusalén. Queremos despertar en nosotros la memoria viva de los sufrimientos que el Señor padeció por nosotros y prepararnos para celebrar con alegría, la Pascua en la que la Iglesia celebra la fiesta que constituye el origen de todas las fiestas.



Domingo de Ramos:

Es el primer día de la semana  y uno de los más importantes debido a que este día representa la llegada de Jesús a Jerusalén. Los escritos nos dicen, que Jesús llegó montado sobre un borrico, preludio de su Pasión. Al llegar a la Tierra Santa, sus fieles lo recibieron con fervor y gran entusiasmo, por eso este día,  en las procesiones y en las iglesias, los creyentes llevan ramas de olivo o de palma, como  símbolo de la fe renovada. Estas palmas  en muchas iglesias  son quemadas más adelante y las cenizas usadas el Miércoles de Ceniza.  

La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.

En nuestra Parroquia celebraremos este día con procesión de Ramos desde la Iglesia de la Resurrección a las 11 de la mañana hasta el Templo Parroquial donde celebraremos la Eucaristía. Recorreremos las calles Granada, Cruz y Traviesa, San Jerónimo, Plza. Uno de Mayo,  Plaza Alcalde José González y Templo Parroquial.
SEMANA SANTA 2012
Parroquia Santo Domingo de Guzmán. Bornos

30.3.12
Queridos Diocesanos:

A las puertas de la Semana Santa, compartimos juntos una breve meditación sobre la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Y para ello contemplaremos su comienzo en Getsemaní para posteriormente acompañados de María caminar con Ella hasta el Calvario.

Tras la entrada triunfal en Jerusalén y celebrar la Última Cena nos encontramos ante la Pasión de nuestro Señor Jesucristo que comienza con la oración en el Huerto. Cristo ora, sufre y lucha a solas, sin la compañía de sus discípulos, a solas con su Padre. Ahora es cuando llega el momento de decir el “sí” definitivo a su voluntad. Y Jesús acepta. La oración de Jesús en el huerto ha impresionado siempre profundamente a la Iglesia. Su terrible agonía la describe ya la carta a los Hebreos (5,7s), y hasta Juan, que ve la pasión bajo el signo de la glorificación, considera indirectamente la agonía de Jesús en el huerto con un eco particular:  «Ahora mi alma está turbada. Y ¿que voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto! (Jn 12,27)



Contemplando la oración de Nuestro Señor, descubrimos que como Él, también nosotros vivimos momentos en el que nos encontramos solos y nos llega el cansancio ante la lucha por el bien. Hay momentos de dolor en que parece que no podemos salir airosos, o bien entramos en el desánimo ante la vejez, la enfermedad, las desgracias naturales, las guerras, la crisis económica, el paro, etc.

Pues bien, Jesús en su oración en el Huerto nos da una clave para aquellas horas que no pasan. Por encima del mal y del pecado, está el amor de Dios en Cristo Jesús. No dejemos de caminar. El dolor y las dificultades de la vida son también camino de salvación. Por tanto, es la hora de descubrir que no estamos solos, el Señor nos ha precedido y también envía un ángel que nos consuele. Quizá en esos momentos nos conviene repetir la oración de Jesús y como Él tener claro que detrás de toda nuestra vida está siempre Dios.

Y en ese mirar a Jesús resplandece ante nosotros la presencia amorosa y firme de su Madre. Los Santos Evangelios nos narran que junto a la cruz estaban su Madre, y el discípulo fiel y amado (Cf. Jn 19,25). María es centro de interés, es mencionada por Jesús y se dirige primero a Ella. Su adhesión a su Hijo es indudable desde el comienzo de su vida hasta el final.

Por tanto, es María, que compartió la pasión de Jesús de una forma única, la que nos confirma las enseñanzas de Getsemaní y la que puede ayudarnos a entrar en la semana grande de nuestra fe. Mirándola a Ella vemos que en el drama del Calvario la sostiene la fe. A los crueles insultos lanzados contra el Mesías crucificado, ella, que compartía su pasión, responde con la indulgencia y el perdón, asociándose a su súplica al Padre: "Perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23, 34).

Pues bien, como a san Juan, María nos invita a estar a su lado para experimentar, como Ella, que incluso en los momentos más difíciles no estamos nunca solos, sino siempre acompañados de Dios. Y es junto a Ella como podemos aprender que su esperanza al pie de la cruz encierra una luz más fuerte que la oscuridad que reina en muchos corazones. Por tanto hermanos en estos tiempos de crisis y de oscuridad de la dignidad de la persona humana, amenazada en todas sus dimensiones, tanto materiales como espirituales, es María la que nos invita a no desfallecer y permanecer ante el mundo firmes en la fe, Convencidos de que Cristo es la verdadera medida del hombre y seguros de que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Iluminados por su esperanza trabajemos para transformar nuestro mundo con el poder renovador del amor y la verdad. Vivamos los desfiles procesionales con fervor sobrio y sincero, sabiendo que son momentos para que la oración sencilla brote de muchos corazones y los sostenga en su esperanza en el Señor.

Y después de haber acompañado a Cristo en su Pasión a lo largo de la Gran Semana Santa, entremos con María en la Pascua y celebremos el triunfo del Amor, el triunfo de la Luz sobre las tinieblas, la victoria de la Vida sobre la muerte. En el silencio de la Noche Santa, Cristo Resucita, sale vivo del sepulcro, resucitado para siempre, levantado victorioso de entre los muertos. Luz de luz, Dios de Dios, Vida de la Vida que invade la entera existencia humana.

Preparémonos pues para recibir, como las santas mujeres, el anuncio de la Buena Noticia de que Cristo está vivo. Como ellas, recibiremos el anuncio de los ángeles: HA RESUCITADO. Ya no hay muerte en el sepulcro, la Vida reina y vence a la muerte. Ahora podremos renovar nuestro propio bautismo, nuestra inmersión en su muerte y resurrección; nos alimentaremos con el Pan del cielo en la Eucaristía para que ya no seamos nosotros los que vivimos, sino Cristo quien viva en nosotros. Ahora podemos ser testigos activos de su Resurrección. Dios está vivo no en el pasado, sino en el presente. Su amor es más fuerte que todas nuestras muertes. Cristo resucitará y nos hará contemporáneos de la victoria del Amor de Dios. Cantemos con alegría el himno de victoria: ¡Cristo ha resucitado¡; El nos muestra que la muerte y el mal no tienen la última palabra, sino la Verdad y el Bien: Dios mismo.

A la Virgen María, nuestra Madre, primera en ver la resurrección de su Hijo, nos encomendamos para que nos ayude a actualizar los misterios de la Pasión Muerte y Resurrección de Cristo. Que la fidelidad de Jesús y María a la misión recibida nos aliente a mantener encendida la fe en la Pascua gloriosa de Jesús, que viene a nuestro encuentro derramando paz, fortaleza y alegría. A ella nos acogemos, con toda la Iglesia, aclamando ya desde ahora a Jesús: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Así sea.

+ José Mazuelos Pérez
Obispo Asidonia-Jerez

29.3.12 ,
Mañana Viernes de Dolores, celebraremos la Santa Eucaristía en la Iglesia de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo a la 10:00 de la mañana en honor Nuestra Señora del Mayor Dolor, oficiada por nuestro Director Espiritual Rvdo. Sr. D. Luis Piñero Carrasco.


Tras la celebración, la Imagen de la Santísima Virgen quedará en Devoto Besamanos hasta las ocho de la tarde para que todos nuestros Hermanos y Fieles en general,  puedan acudir a  sellar su devoción mas sincera con María Santísima del Mayor Dolor.

29.3.12 , ,
TRIDUO TERCER DIA
COFRADÍA DE LA RESURRECCIÓN


Cristo es el Príncipe de la Paz anunciado por los profetas. Él viene a traernos la paz verdadera, la paz que no es de este mundo. No sigamos propinándole azotes, no lo escupamos, ni nos burlemos de Él.


Así nos lo cuenta San Lucas:

Pilatos volvió a dirigirles la palabra con intención de soltar a Jesús. Pero ellos seguían gritando: ¡Crucifícalo, crucifícalo! El les dijo por tercera vez: Pues, ¿qué mal ha hecho éste? No he encontrado en él ningún delito que merezca la muerte. Así es que le daré un escarmiento y lo soltaré. Ellos se le echaban encima pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo el griterío. Pilatos decidió que se cumpliera su petición: soltó al que le pedían (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.

Oración :

Cristo flagelado, que por nuestro pecado,
a una columna eres atado, golpeado,
insultado, de tus vestiduras despojado,
y de espinas coronado.
Ante ti nos arrodillamos,
y aunque venimos con nuestros egoísmos,
avaricias y faltas;
queremos unirnos a tu sufrimiento e imploramos tu perdón.

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Perdona a tu pueblo Señor,
Perdona a tu pueblo,
Perdónale Señor.


Oración :

Señora nuestra del Mayor dolor soportado,
Quiero compartir contigo, acongojado,
Las penas de tu corazón abrumado,
Al ver agonizado a tu Hijo, el bien amado.



Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Sálvame, Virgen María,
óyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía,
Virgen María Sálvame.
Virgen María sálvame, sálvame.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración final :

Padre misericordioso, que has querido que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio del flagelo y la cruz para librarnos del poder del pecado, concédenos llegar a la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

28.3.12 , ,
TRIDUO SEGUNDO DIA
COFRADÍA DE LA RESURECCIÓN



Somos los que flagelamos al Señor diariamente. Los que lo atamos para que no se mueva, para que se quede ahí mientras nosotros, con nuestros pecados, lo maltratamos y lo apenamos.

Así nos lo cuenta San Mateo:

Pilatos les preguntó: ¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías? Contestaron todos: Que lo crucifiquen. Pilatos insistió; Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban más fuerte: ¡Que lo crucifiquen! Al ver Pilatos que todo era inútil y que al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia del pueblo, diciendo: Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros! ... les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

Oración :

Cristo flagelado, que por nuestro pecado,
a una columna eres atado, golpeado,
insultado, de tus vestiduras despojado,
y de espinas coronado.
Ante ti nos arrodillamos,
y aunque venimos con nuestros egoísmos,
avaricias y faltas;
queremos unirnos a tu sufrimiento e imploramos tu perdón.

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Perdona a tu pueblo Señor,
Perdona a tu pueblo,
Perdónale Señor.




Oración :

Señora nuestra del Mayor dolor soportado,
Quiero compartir contigo, acongojado,
Las penas de tu corazón abrumado,
Al ver agonizado a tu Hijo, el bien amado.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Sálvame, Virgen María,
óyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía,
Virgen María Sálvame.
Virgen María sálvame, sálvame.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración final :

Padre misericordioso, que has querido que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio del flagelo y la cruz para librarnos del poder del pecado, concédenos llegar a la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

27.3.12 ,
Como ya anunciamos José Luis Palmero nos envía el texto completo que podeis tener y leer. Merece la pena meditarlo con detenimiento para saborerar el mensaje que nuestro Secretario quiso enviar al mundo Cofrade de Bornos y a los Fieles de este bendito rincón. Que lo disfruteis.

 
Para descargar y leer pica en la imagen

26.3.12 ,

PRIMER DIA TRIDUO
COFRADÍA DE LA RESURRECCIÓN



La flagelación es tan vieja como la Humanidad. Es una de las crueldades que el hombre utiliza para hacer daño a sus semejantes. Los romanos la practicaban de la forma más dolorosa y sangrienta posible. Siempre la utilizaban como medio de castigo para los esclavos, criminales y traidores.

Así nos lo cuenta San Juan:

Pilatos… “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él (…). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! (…) Pilatos entonces tomó a Jesús y mando a azotarle”.

Oración :

Cristo flagelado, que por nuestro pecado,
a una columna eres atado, golpeado,
insultado, de tus vestiduras despojado,
y de espinas coronado.
Ante ti nos arrodillamos,
y aunque venimos con nuestros egoísmos,
avaricias y faltas;
queremos unirnos a tu sufrimiento e imploramos tu perdón.

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Perdona a tu pueblo Señor,
Perdona a tu pueblo,
Perdónale Señor.




Oración :

Señora nuestra del Mayor dolor soportado,
Quiero compartir contigo, acongojado,
Las penas de tu corazón abrumado,
Al ver agonizado a tu Hijo, el bien amado.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Sálvame, Virgen María,
óyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía,
Virgen María Sálvame.
Virgen María sálvame, sálvame.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración final :

Padre misericordioso, que has querido que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio del flagelo y la cruz para librarnos del poder del pecado, concédenos llegar a la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

25.3.12 ,
¡PAZ A VOSOTROS!, hermoso mensaje de salutación con el que comenzó su disertación ayer Domingo Quinto de Cuaresma nuestro pregonero José Luis Palmero García, que quiso comenzar, proclamando ante los presentes su agradecimiento a  quienes  en su infancia lo sustentaron y formaron.


Dejando al descubierto la condición de niño que conserva y de la que damos fe los que nos encontramos en su cercanía, hizo una retrospectiva muy emotiva casi trascendente de su historia más intima, salpicando con innumerables gotas de sentimiento a muchos de los presentes y ausentes, de los que no quiso olvidarse.
De la infancia al presente nos trasladó con delicada maestría y nos hizo cómplices de la Cruz que como Jesús todos cargamos, de nuestra propia Cruz, de su Cruz,  que compartió desde lo más profundo de su esencia. Compartiéndola, necesitó de la complicidad de los presentes que sentimos el impulso de lanzarle una espontánea ayuda,en forma de aplauso, para que disolviera la emoción que  por unos segundos le quebró la garganta y tambaleó la seguridad que demostró a lo largo de su discurso.

Imagenes de Fernando Romero

Desde las cenizas del miércoles que inicia la cuaresma, cual hábil capataz,  sustantivó la Primavera de Nuestra Redención  en noches de izquierda alante y derecha atrás,  en horas de meter en luz candelabros, sustentándola en  los pilares básicos de la  reconciliación y la conversión;  el Ayuno, la Limosna, la Penitencia y la Oración.
Con continuas referencias al Evangelio llegó a la verdad sobre la que todos los creyentes deberíamos reflexionar, repitiéndola en varias ocasiones, como antífona, - nunca solo con la Cruz. Así camina Jesús -.

Enfatizando el Sacrificio de Jesucristo  y con una plegaria ante el Árbol de la Cruz hizo a cada uno de los misterios de nuestra Semana Mayor una sincera rogatoria, en la seguridad de que sus peticiones  serán oídas  - Pedid y se os dará-.
Finalizó, de nuevo, saltándose los cánones como hiciera al principio con un  ASÍ SEA, que provocó un unánime aplauso de los presentes, que puestos en pie, agradecieron y reconocieron el contenido de su catequética exposición de la Pasión en este año del Señor de 2012.
Gracias,  José Luis, porque nos has hecho reflexionar y sentir tu reflexión como nuestra. FELICIDADES  con mayúsculas porque aunque todavía no podemos ofrecer el  texto completo del Pregón,  que esperamos publicar como se merece,  a los que estuvimos presentes se nos llenaron de Pasión todos y cada uno de los rincones de nuestros corazones.
PBJ

23.3.12
Unos peregrinos griegos que han venido a celebrar la Pascua de los judíos se acercan a Felipe con una petición: «Queremos ver a Jesús». No es curiosidad. Es un deseo profundo de conocer el misterio que se encierra en aquel hombre de Dios. También a ellos les puede hacer bien.

A Jesús se le ve preocupado. Dentro de unos días será crucificado. Cuando le comunican el deseo de los peregrinos griegos, pronuncia unas palabras desconcertantes: «Llega la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre». Cuando sea crucificado, todos podrán ver con claridad dónde está su verdadera grandeza y su gloria.

Probablemente nadie le ha entendido nada. Pero Jesús, pensando en la forma de muerte que le espera, insiste: «Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». ¿Qué es lo que se esconde en el crucificado para que tenga ese poder de atracción? Sólo una cosa: su amor increíble a todos.

El amor es invisible. Sólo lo podemos ver en los gestos, los signos y la entrega de quien nos quiere bien. Por eso, en Jesús crucificado, en su vida entregada hasta la muerte, podemos percibir el amor insondable de Dios. En realidad, sólo empezamos a ser cristianos cuando nos sentimos atraídos por Jesús. Sólo empezamos a entender algo de la fe cuando nos sentimos amados por Dios.

Para explicar la fuerza que se encierra en su muerte en la cruz, Jesús emplea una imagen sencilla que todos podemos entender: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». Si el grano muere, germina y hace brotar la vida, pero si se encierra en su pequeña envoltura y guarda para sí su energía vital, permanece estéril.

Esta bella imagen nos descubre una ley que atraviesa misteriosamente la vida entera. No es una norma moral. No es una ley impuesta por la religión. Es la dinámica que hace fecunda la vida de quien sufre movido por el amor. Es una idea repetida por Jesús en diversas ocasiones: Quien se agarra egoístamente a su vida, la echa a perder; quien sabe entregarla con generosidad genera más vida.

No es difícil comprobarlo. Quien vive exclusivamente para su bienestar, su dinero, su éxito o seguridad, termina viviendo una vida mediocre y estéril: su paso por este mundo no hace la vida más humana. Quien se arriesga a vivir en actitud abierta y generosa, difunde vida, irradia alegría, ayuda a vivir. No hay una manera más apasionante de vivir que hacer la vida de los demás más humana y llevadera. ¿Cómo podremos seguir a Jesús si no nos sentimos atraídos por su estilo de vida? 

Jose A. Págola

18.3.12
A partir de lunes día 19 comenzará el curso de Palma Rizada que se impartirá en nuestra Casa Hermandad en horario de 5 a 7 de la tarde y hasta el jueves día 22.


Todos los interesados podran participar y rizar su propia palma contribuyendo con la Hemandad por solo 5 € de inscripción.  Nuestro taller está listo para comenzar los trabajos y de hecho ya estamos fabricando algunas muestras.



Este año nuestra Hermandad es la encargada de la distribución de las palmas para el Domingo de Ramos. Las existencia son limitadas por lo que los interesados que no tengan tiempo de participar en el curso, pueden reservar su palma según los siguientes precios:

Palma pequeña sin rizar  10 €.
Palma grande sin rizar    12 €.

Palma pequeña rizada     15 €.
Palma grande rizada        20 €.

Los inscritos en el curso podrán diseñar su propia palma puesto que la imaginación en estas labores no tiene límites y solo tendrán que adquirir su palma sin rizar y pagar la inscripción.






Solo se fabricarán palmas rizadas por encargo por lo que es conveniete vayan haciendolo las personas interesadas, dirigiendose a cualquier miembro de la Junta de Gobierno, en especial a nuestra Tesorera Maria José Rios y a Paqui Correa.

La Junta de Gobierno

17.3.12 , ,
Ayer viernes se dió a conocer a través del Blog de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario el cartel anunciador de la Semana Santa de este año. Otra vez se nos sorprende con una magnifica instantánea retrospectiva de una de nuestras mas bellas Imágenes, captada con la cámara de D. Manuel Ruiz González, en la que aparece Nuestra Señora de la Soledad, Titular de la Hermandad del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo.






El cartel evoca la humildad de María que parece inmersa en una profunda oración íntima y que transmite el profundo dolor de una Madre que sufre la muerte de su Hijo. Destaca el simbolo doloroso del puñal que tiene en su pecho y la mirada perdida en sus pensamientos.

Con el cartel anunciador de nuestra Semana Santa y el Pregón que tendrá lugar el quinto domingo de cuaresma por D. Jose Luis Palmero García, prácticamente podemos decir  que se producirá la llegada inminente de la Semana Mayor de Bornos que se iniciará el Domingo de Ramos desde la Iglesia de la Resurrección con procesión hasta la Parroquia, una vez traspasado el previsible intenso Viernes de Dolores, en el que los fieles tendrán la ocasión de acercarse en besamanos a Nuestra Señora de los Dolores - en la Parroquia - y a Nuestra Señora del Mayor Dolor - en la Iglesia de la Resurrección -.

Queremos felicitar a Manuel Ruiz por el magnifico cartel de este año y animarlo a seguir con la labor que hace en favor de nuestra Semana Santa.

15.3.12
El evangelista Juan nos habla de un extraño encuentro de Jesús con un importante fariseo, llamado Nicodemo. Según el relato, es Nicodemo quien toma la iniciativa y va a donde Jesús «de noche». Intuye que Jesús es «un hombre venido de Dios», pero se mueve entre tinieblas. Jesús lo irá conduciendo hacia la luz.

Nicodemo representa en el relato a todo aquel que busca sinceramente encontrarse con Jesús. Por eso, en cierto momento, Nicodemo desaparece de escena y Jesús prosigue su discurso para terminar con una invitación general a no vivir en tinieblas, sino a buscar la luz.

Según Jesús, la luz que lo puede iluminar todo está en el Crucificado. La afirmación es atrevida: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna». ¿Podemos ver y sentir el amor de Dios en ese hombre torturado en la cruz?

Acostumbrados desde niños a ver la cruz por todas partes, no hemos aprendido a mirar el rostro del Crucificado con fe y con amor. Nuestra mirada distraída no es capaz de descubrir en ese rostro la luz que podría iluminar nuestra vida en los momentos más duros y difíciles. Sin embargo, Jesús nos está mandando desde la cruz señales de vida y de amor.

En esos brazos extendidos que no pueden ya abrazar a los niños, y en esa manos clavadas que no pueden acariciar a los leprosos ni bendecir a los enfermos, está Dios con sus brazos abiertos para acoger, abrazar y sostener nuestras pobres vidas, rotas por tantos sufrimientos.

Desde ese rostro apagado por la muerte, desde esos ojos que ya no pueden mirar con ternura a pecadores y prostitutas, desde esa boca que no puede gritar su indignación por las víctimas de tantos abusos e injusticias, Dios nos está revelando su"amor loco" a la Humanidad.

«Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él». Podemos acoger a ese Dios y lo podemos rechazar. Nadie nos fuerza. Somos nosotros los que hemos de decidir. Pero «la Luz ya ha venido al mundo». ¿Por qué tantas veces rechazamos la luz que nos viene del Crucificado?

Él podría poner luz en la vida más desgraciada y fracasada, pero «el que obra mal... no se acerca a la luz para no verse acusado por sus obras». Cuando vivimos de manera poco digna, evitamos la luz porque nos sentimos mal ante Dios. No queremos mirar al Crucificado. Por el contrario, «el que realiza la verdad, se acerca a la luz». No huye a la oscuridad. No tiene nada que ocultar. Busca con su mirada al Crucificado. Él lo hace vivir en la luz.


DESPEDIDA DIFERENTE

para que tengan vida eterna. Jn 3, 14-21

 
Los médicos no le ocultaron la verdad. El diálogo que mantuvo con uno de ellos al despertar de la operación fue breve, pero claro: «¿Habéis podido hacer algo?» «No.» «¿Será doloroso?» «No necesariamente.» «¿Será un proceso largo?» «No.» Desde ese momento, Antonio, sabía que le quedaba muy poco tiempo de vida.

No es fácil hablar con un hombre que conoce ya su final. Todo se vuelve más serio. No se puede conversar ligeramente sobre cualquier cosa. Con Antonio me resultó diferente. Era él quien hablaba con paz de su muerte ya próxima. «José, ahora tengo que vivir lo que tantas veces he predicado a otros.» Cuando entré en su habitación, estaba siguiendo en el televisor la transmisión de la misa dominical, pero él lo veía ya todo con ojos diferentes: «Cuántas cosas decimos los cristianos. Lo importante no es hablar sino creer

Los médicos acertaron en su pronóstico. La vida de Antonio se fue apagando en pocas semanas. Llegado el momento, quiso recibir el sacramento de la unción y despedirse de esta vida confesando su fe en el Dios vivo de Jesucristo. Difícilmente olvidaré la tarde de ese siete de febrero. Antonio, incorporado sobre el lecho; a su alrededor, sus familiares, amigos y sacerdotes. Aquello no era un rito forzado, realizado de forma precipitada y nerviosa en los últimos instantes. Era una celebración honda de fe en la que todos orábamos y cantábamos acompañando al enfermo.


Al comenzar la liturgia, Antonio nos hizo un gesto para que lo escucháramos, y con voz ya bastante apagada fue recordando momentos oscuros de su vida y momentos llenos de luz. Dio gracias a Dios y pidió perdón. Con palabras muy meditadas, sin duda, dijo así: «Soy un pecador, pero un pecador que cree en Dios y que pide su perdón.» Se le veía vivir cada gesto con fe intensa. Al final, quiso darnos a cada uno el abrazo de paz. Era difícil contener las lágrimas. Sólo él nos miraba con agradecimiento y paz.

Terminada la celebración, quiso quedarse solo en su habitación. Necesitaba estar a solas con Dios. Cuando me acerque a despedirlo, le pedí que me dejara escribir un día sobre lo vivido aquella tarde junto a él. Enseguida comprendí lo inoportuno de mis palabras. Antonio ya no pensaba en esta vida; su corazón estaba en otro lugar: «Haz lo que quieras. Yo no estaré aquí

Hoy son pocos los que mueren así. Por lo general, enfermos, familiares y amigos preferimos engañarnos unos a otros. No nos atrevemos a ayudar al enfermo a vivir el final de su vida sostenido por el consuelo de la fe en Dios. Podemos, sin duda, justificar de muchas maneras nuestra actitud. Por otra parte, la trayectoria de cada persona es diferente. Pero a veces olvidamos que la fe no es sólo para orientar esta vida, sino «para que todo el que crea en Él tenga vida eterna» (Juan 3, 16). A mi me gustaría despedirme de este mundo como este joven párroco.

DIOS ES DE TODOS

Pocas frases habrán sido tan citadas como ésta que el evangelio de Juan pone en boca de Jesús. Los autores ven en ella un resumen del núcleo esencial de la fe, tal como se vivía entre no pocos cristianos a comienzos del siglo segundo: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único».

Dios ama al mundo entero, no sólo a aquellas comunidades cristianas a las que ha llegado el mensaje de Jesús. Ama a todo el género humano, no sólo a la Iglesia. Dios no es propiedad de los cristianos. No ha de ser acaparado por ninguna religión. No cabe en ninguna catedral, mezquita o sinagoga.

Dios habita en todo ser humano acompañando a cada persona en sus gozos y desgracias. A nadie deja abandonado, pues tiene sus caminos para encontrarse con cada uno, sin que tenga que seguir necesariamente los que nosotros le marcamos. Jesús le veía cada mañana «haciendo salir su sol sobre buenos y malos».

Dios no sabe ni quiere ni puede hacer otra cosa sino amar, pues en lo más íntimo de su ser es amor. Por eso dice el evangelio que ha enviado a su Hijo, no para «condenar al mundo», sino para que «el mundo se salve por medio de él». Ama el cuerpo tanto como el alma, y el sexo tanto como la inteligencia. Lo único que desea es ver ya, desde ahora y para siempre, a la Humanidad entera disfrutando de su creación. Este Dios sufre en la carne de los hambrientos y humillados de la Tierra; está en los oprimidos defendiendo su dignidad, y en los que luchan contra la opresión alentando su esfuerzo. Está siempre en nosotros para «buscar y salvar» lo que nosotros estropeamos y echamos a perder. Dios es así. Nuestro mayor error sería olvidarlo. Más aún. Encerrarnos en nuestros prejuicios, condenas y mediocridad religiosa, impidiendo a las gentes cultivar esta fe primera y esencial. ¿Para qué sirven los discursos de los teólogos, moralistas, predicadores y catequistas si no hacen la vida más bella y luminosa recordando que el mundo está envuelto por los cuatro costados por el amor de Dios?
Jose A. Págola

14.3.12
Está demostrado que el origen de Nuestra Hermandad tuvo su germen en la generosidad de personas ilustres de nuestro pasado, que con su voluntad caritativa y el deseo de hacer el bien para con sus paisanos de Bornos fueron clave en sentar las condiciones necesarias para que años después se creara la Cofradía que hoy conocemos como “Venerable e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos Santo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor”.

Estas personas son esencialmente Diego Álvarez de Bohórquez, Guiomar de Torres, Francisco Miguel Palomino y María Jiménez.



Detalle lateral de la Iglesia de la Resurrección

Diego Álvarez de Bohórquez (Siglos XV - XVI)

Bornense ilustre, del que no se sabe la fecha de nacimiento porque las actas bautismales de Bornos comienzan en el año 1532, pero ya en 1533 sí sabemos que estaba casado en Bornos. Diego Álvarez, con sus bienes propios, ayudó a todos los bornichos pobres y demás enfermos y transeúntes necesitados. 

Fue el fundador del Hospital e Iglesia de la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo de Bornos. Lo dejó dicho en su testamento en el que dejó escrito el 19 de Enero de 1555, ".. se edificase una casa hospital (...) en las casas de mi morada y en otras que tengo junto a ellas (...) e que el dicho hospital tenga el nombre de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, el cual haya y herede, en fin de los días de la vida de la dicha Guiomar de Torres, mi mujer, los dichos doscientos mil maravedíes, con los demás bienes que de mí quedaren después de los días de la susodicha, porque yo lo dejo y establezco por mi legítimo y universal heredero, e con los dichos bienes y rentas se labre y edifique la dicha casa hospital en un cuerpo, del cual se haga una Iglesia”, y fue su mujer, Doña Guiomar de Torres, la que llevó a cabo su voluntad testamentaria. Hay que resaltar que no solo dispone la construcción de la mencionada casa hospital e Iglesia, sino que la nombra legítima y universal heredera tanto de sus bienes como de las rentas de los mismos, una vez terminados los días de su mujer Guiomar de Torres.

Pero, un dato que nos interesa reflejar, es que también dejó escrito que, “… Después de hecha la dicha Iglesia y hospital, si los vecinos de esta villa quisieren hacer hermandad e cofradía en él que la puedan hacer teniendo la dicha cofradía y nombrándose de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”, deseo que se hizo realidad posteriormente y que podemos consensuar, fue el verdadero germen del inicio de nuestra Cofradía. Por tanto, si la fundación de la Iglesia-hospital de la Resurrección -hacia el 1576-, tuvo el inicio en el deseo de Diego Álvarez de Bohórquez, también lo tuvo la Hermandad de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, que ya nunca se separaría de su Sede Canónica a diferencia de otras Cofradías que también en ella se fundaron.


Guiomar de Torres. (S. XVI).

Nacida en Bornos. Cofundadora de las obras pías que dejó encargadas -en testamento- su marido, el también Bornense Diego Álvarez. Parece ser que fue ella directamente, la que fundó en 1576 el Hospital de la Resurrección, haciendo uso de la prerrogativa que su marido le otorga en testamento “… se empiece a labrar luego que la dicha Guiomar de Torres mi mujer, fuere fallecida, o si ella quisiera que antes se comience, que antes se haga…”, según hecho, que D. Manuel Barra, relata en su obra Iglesias y Ermitas de Bornos.

El hecho constatado por nuestro historiador e investigador, el 3 de febrero de 1576, es que el sobrino de Diego Álvarez, Diego Sánchez Armario, encargado por éste para dirigir la obras a realizar “… para que tenga más cuidado, mando que de la dicha renta se le de todos los años que se ocupare en lo hacer labrar cinco mil maravedís…”, pidió “traslado autorizado, en pública forma”, del proceso de partición de los bienes que quedaron por fin y fallecimiento de su tío, porque lo necesitaba - con probabilidad para sufragar la obra -.

Sigue siendo un misterio los datos referentes a este período que con toda probabilidad se encontrarían reflejados en el primer libro de cuentas del Hospital y su Iglesia, por desgracia desaparecido o probablemente extinguido en el incendio de los archivos municipales de 1873.

Impulsó por tanto cuando aún vivía la hechura de este hospital, siendo muy popular antiguamente, en toda la comarca. De ella existe en la actualidad un cuadro pictórico, que antes de la ultima restauración de la Iglesia de la Resurrección se encontraba en ella y que en la actualidad se encuentra en el despacho parroquial de Santo Domingo de Guzmán, que nos sirve para recordar su calidad humana, su gran moral cristiana y la capacidad de esta mujer para realizar, conociendo la dificultad de ser mujer por aquella época, todo lo proyectado por su marido. Muere en Bornos el 14 de agosto de 1583.


Francisco Miguel Palomino. (S. XVII)

Era natural de Jerez de la Frontera y empezó a trabajar como enfermero del Hospital de la Resurrección el 20 de febrero de 1674, con un sueldo de 18 ducados anuales. Según nos relata Manuel Barra, vivió siempre en el mismo hospital, con su familia. De su caridad podremos encontrar numerosos testimonios escritos en los libros de cuentas que se conservan. Muere el día 28 de enero de 1684, y quiso ser enterrado “…en el compás donde se entierra a los pobres, porque así fue su voluntad…”, junto a los que él había ayudado en su labor de enfermero.

Puso gran diligencia en la construcción de la enfermería nueva por las limosnas que para ello reunió. En su partida de defunción contenida en el Libro donde se toma la razón de los pobres enfermos que mueren en el Hospital de la Resurrección, se dice, según transcribe Manuel Barra, “…dejó una imagen de Nuestro Señor Jesucristo amarrado a la columna…”, siendo esta la primera noticia que tenemos de nuestro Sagrado Titular, que colocó en un Altar con todos los adornos que pudo. Unos años después, concretamente en 19 de diciembre de 1691, se finalizó el actual retablo y suponemos que se sustituyó el altar que puso el hermano Francisco Miguel Palomino “…Este retablo mandó dorar D. Sebastián Muñoz de Mendoza y Dª Marina Ponce de León, su mujer, por su devoción. Púsose en 19 de diciembre de 1691”.

Según la investigación de Manuel Barra, “La imagen del Cristo de la Flagelación fue donada antes del 14 de marzo de 1683 por Francisco Miguel Palomino”. Este acontecimiento es esencial para el conocimiento de los orígenes de nuestra Hermandad puesto que debemos reflejar también que fundada y reorganizada hacía Estación de Penitencia el Miércoles Santo del año 1714 con las imágenes de Jesús atado a la columna, la Virgen de la Angustias y San Juan.


María Jiménez (S. XVII)

Fue digna sucesora del fallecido Francisco Miguel Palomino y se puede constatar según Manuel Barra, que colaboró, dentro de su pobreza, en el esplendor de la Iglesia Hospital de la Resurrección. 

Según se desprende de la transcripción de su partida de defunción “… enterrose el 27 de enero de 1698 años […] vecina de esta villa, en el Hospital de la Resurrección, en la calle Granada, recibió los santos sacramentos y otorgó su testamento […] y en el mandó ser enterrada en la iglesia mayor de esta villa, en la entrada de la puerta mayor, al lado de dentro…”

Poco después de su fallecimiento, los patronos del Hospital quisieron reconocer su labor e intentaron que se perpetuase su memoria. Para ello, según relata Manuel Barra, se hizo inventario de sus limosnas y correspondieron a sus desvelos por el Hospital. Del mencionado inventario se desprenden diversos datos que importan a los orígenes de nuestra Cofradía.

Sirvió en el Hospital de la Resurrección catorce años, y en el mencionado inventario se recogen diversas alhajas de la iglesia de la Resurrección o de sus imágenes que aún se conservan. De estas, nos interesa resaltar la adquisición de las Potencias del Cristo de la Flagelación, probablemente la Corona de Nuestra Señora de la Caridad -Ntra. Sra. de la Aurora- porque en 1717 consta el gasto de una corona nueva para Nuestra Señora de las Angustias.

Pero el hecho relevante sin duda es la adquisición de una hechura de Jesucristo Resucitado según consta en toma de cuentas del año 1694 “son data trescientos y veinte y cinco reales, que valen once mil y cincuenta maravedís que pagó […] por la hechura de un Jesús Resucitado para esta casa, la cual costó novecientos y cuarenta reales, y pagó la Hermana María Jiménez siscientos y quince reales que buscó de limosna, con que se cumplió la partida”.


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Estas en esencia fueron las personas que influyeron de manera decisiva a la creación de la Cofradía de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la que continuamos con el Titulo de Venerable e Ilustre Hermandad Santo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, de la que en otros capítulos intentaremos desvelar como fue en sus inicios, sus relaciones con la Orden Tercera de los Siervos de María y otros datos interesantes para conocer la idiosincrasia de la Flagelación de Bornos.

12.3.12
Muy cerca de mi casa, basta con cruzar varias callejuelas, te topas cara a cara con un pequeño mercado, instantánea a todo color del estilo de vida de un pueblo. Cuando la tarde va declinando el murmullo de pequeños y grandes confluyen en los huecos que dejan libre una urdimbre enmarañada de puestecillos improvisados y tiendas envejecidas. El rojo intenso de la arena deja huella, a veces indeleble, en los toldos tejidos con retales de historia. Cajas superpuestas, carritos metálicos, zambias estampadas con un sinfín de tonalidades, cartones que acumulan usos y desusos…

Cualquier excusa es buena para ofrecer a un comprador desorientado un arcoíris de mercancía. Y es que en la musika (así se le llama en shona al mercado) la pregunta más inteligente no es sobre lo que pudiera haber, sino, en un atisbo de perspicacia observadora, intentar descubrir lo que no hay. Desde una pasta de dientes traída de Botswana, hasta un ramillete de plátanos cortado esa misma mañana en el jardín del vecino. Desde una peluca con mechas naranjas hasta una docena de polluelos picoteando entre piedras y granos de maíz. Es difícil decidir entre tanta diversidad. Cada tarde sorprenden nuevos vendedores con variopintas ofertas. La dinámica es mareante pero muy sencilla: Miras, comparas, escoges, regateas y compras. Con el tiempo te vas haciendo con los entresijos y los atajos, aprendes las reglas del juego e inventas nuevas trampas. Pronto dominas, decides, controlas, diriges.


A veces, qué poco se diferencia la vida en el mercado de Ruwa y nuestra propia vida de fe. Si somos capaces de ser sinceros con nosotros mismos nos daremos cuenta de que, en bastantes ocasiones, convertimos a Dios en una mercancía más. Nuestra fe es un gran mercado al que acudimos cuando nos interesa y nos conviene. Según sea nuestro estado de ánimos o el ambiente que nos rodea, así fijamos la mirada escrutadora en la estantería del dios más apropiado para la situación. En nuestra musika espiritual podemos encontrar al dios profesor que estudia por ti y vive en la universidad; o al dios buhonero experto en pociones mágicas y ungüentos cura-lo-todo. También podemos encontrar al dios “abuelete” que chochea y no se entera de la misa la mitad; o, por el contrario, al dios de la atalaya, justiciero y vengativo, vigilando cada paso, cada gesto, cada palabra. Si lo prefieres también tenemos el dios de la nube, ese que se enciende al ritmo de una vela y que viene con el incienso incluido…

La dinámica sigue siendo muy sencilla: Miras, comparas, escoges, regateas y compras. Cuando te acostumbras, conoces los entresijos y los atajos, aprendes las reglas del juego e inventas nuevas trampas. En la fe también puedes dominar, decidir, controlar, dirigir.

Ante esto, quizás el camino hacia la Pascua es un tiempo privilegiado para dejar que resuene en nuestro interior el desgarrador grito de Jesús: «No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre» (Jn 1,16). A la luz del Evangelio de hoy, tal vez, podamos dar el salto a comprender que en el arte de la fe nosotros no “dominamos”, “escogemos” o “compramos”. La dinámica de la fe está muy alejada de intercambios mercantiles o de regateos amañados, por el contrario, se parece más al gesto cálido y sincero de un abrazo. El Dios de Jesús es el Dios que sale a nuestro encuentro y nos desarma, nos desinstala, rompe nuestros esquemas, nos deja sin palabras… porque se funde contigo y conmigo en un abrazo. De esa cercanía entrañable de corazón a corazón brota el celo amoroso que devora y el signo esperanzador que transforma. No esperes a mañana, esta noche déjate arropar por el Dios de los abrazos.

11.3.12
La banda de cornetas y tambores Amor y Sacrificio, que acompañará el Miércoles Santo a nuestros titulares prepara intensamente su Semana Santa 2012 y da los últimos retoques a la matización de su amplio repertorio.


Imagen de cabecera de su blog


Las actuaciones previstas para la misma son las siguientes:

  • DOMINGO DE RAMOS: HERMANDAD DE LA BORRIQUITA.
  • MARTES SANTO : HERMANDAD DE LA ORACION EN EL HUERTO.
  • MIERCOLES SANTO:HERMANDAD DE LA FLAGELACION.
  • JUEVES SANTO : HERMANDAD DEL CASTILLO.
  • MADRUGA : HERMANDAD DE LOS DOLORES.

Esta clásica formación de la localidad sevillana de Lebrija cuenta con un extenso y variado repertorio que sin duda nos hará vivir un intenso Miercoles Santo:

Escudo
  • SOLEA (ALBERTO ESCÀMEZ )
  • LA DOLOROSA ( ALBERTO ESCÀMEZ)
  • RÉQUIEM (BIENVENIDO PUELLES )
  • CACHORRO ( RAMÓN MONTOYA )
  • EVOCACIÓN ( ALBERTO ESCÁMEZ )
  • CRISTO DEL AMOR ( ALBERTO ESCÁMEZ )
  • SAGRADAS VESTIDURAS (ANTONIO VELASCO )
  • CRISTO VIEJO ( ALBERTO ESCÁMEZ)
  • VIRGEN DE LA SALUD ( BIENVENIDO PUELLES )
  • LA PALOMA ( ALBERTO ESCÁMEZ )
  • ESTRELLA ENTRE AZAHARES ( PROPIA - RAFAEL COTO )
  • SILENCIO BLANCO ( JULIO VERA )
  • SANTA CRUZ ( RAFAEL VAZQUEZ-J.M REINA)
  • BULERIAS DE SAN ROMAN ( JOSE PAVON - RAFAEL VAZQUEZ )
  • CONVERSIÓN DEL BUEN LADRÓN ( JULIO VERA )
  • TRES CAIDAS DE ESPERANZA ( RAFAEL VAZQUEZ )
  • MARIA SANTISIMA DEL ROCIO ( J. R. PEREZ SOTO )
  • ESPERANZA GITANA ( I. JIMENEZ CHOZAS )
  • LA LANZADA ( RAMON MONTOYA )
  • EL SALVADOR ( RAFAEL VAZQUEZ-J.M. REINA )
  • NAZARENO DE LA SALUD ( RAFAEL VAZQUEZ- J.M. REINA -JULIO VERA )
  • MARIA SANTISIMA DEL DULCE NOMBRE ( DIEGO A. MORENO )
  • LA VIRGEN LLORA ( ALBERTO ESCÁMEZ )
  • ENMANUEL (MANUEL CEBREROS-FCO.RODRIGUEZ )
  • SANGRE Y AGUA ( RAFAEL VAZQUEZ-J.M REINA )
  • MAESTRO ARTESANO ( JULIO VERA )
  • A ESTA ES ( MANUEL A. GONZALEZ-ANTONIO CASTAÑO )


10.3.12
Hoy sábado, hemos vivido una jornada entrañable y de trabajo en nuestra humilde Casa, anexa a la Iglesia de la Resurrección, sede Canónica de nuestra Hermandad.

Breve descanso para degustar un "abajao"
Personalmente me siento enormemente satisfecho porque lo de menos ha sido la limpieza general, incluida la pintura de su interior, y la organización de enseres, etc. Lo más importante ha sido que efectivamente hemos comprobado que la Semana Santa se acerca a pasos agigantados y que los miembros de la Junta de Gobierno que acudieron a la cita nos hemos sentido una gran familia, cuyo nexo de unión es Jesucristo, porque Él mismo nos recuerda que "Cuando dos o más os reunís en mi nombre, allí estaré en medio de vosotros (Mt 19, 20)".

Cada uno a su manera ha disfrutado de un momento de unión que demuestra lo poderoso del Espíritu y la generosidad, día sí, y día también, con la que es capaz de inundar a los corazones dispuestos a recibirlo. “… manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido... (2 Tesalonicenses 2,15) ”.

Despues de comer, al trabajo
Gracias, Paqui, María Luisa, Pepa, Mari, Margarita, Manolo, Alvaro, Francisco Manuel, Chía, José Luis, por la jornada que entre todos hemos vivido y sabed que hoy hemos comido del mismo pan, incluso los que por algún motivo no pudísteis estar, porque recordar que nos dijo "Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen (Jun. 4:32)".

Esto sólo es la continuación y por supuesto tendremos que perseverar, porque aún queda mucho por hacer, y tened en cuenta que, el Espíritu, hoy ha conseguido que nos inundara la hermandad porque "no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. (Rom. 6:14)".

Pedro Bueno Jiménez
Hermano Mayor

10.3.12
Después de haber examinado profundamente la fotocopia del documento que relata la refundación de nuestra Hermandad en 1713 que obra en nuestros archivos y que en su día nos hizo llegar D. Manuel Barra Rodriguez junto con una relación de otros documentos que poseía en los suyos, nos hemos aventurado a realizar una transcripción literal del mismo, no sin hacer las necesarias reservas, puesto que hay terminos dificilmente legibles y dado que la redacción peculiar del mismo que incluye numerosas abreviaturas, nos crea algunas lagunas que hemos intentado resolver con soluciones entre corchetes para procurar descifrar su contenido que después analizaremos. Esta aventurada transcripción e interpretación se justifica porque no poseemos ninguna de persona estudiosa, aunque si conocemos de la existencia de trabajos inéditos de Manuel Barra que nos gustaría conocer, como el titulado “Diego Alvarez y su Hospital de la Resurrección”.

Sin más preambulos, este es es el importantísimo documento que nos sirve para descubrir nuestras raices tal cual obra fotocopia en nuestro poder.



Accede al documento picando en la imágen


Según hemos podido entender en su contenido dice:


EN EL NOMBRE DE DIOS. AMEN
En la Villa de Bornos en veinte dias del mes de agosto de mil setecientos y trece años.
[Estando] en la Iglesia del Hospital de la Resurrección de esta Villa. Son a saber el Licenciado D. Alonso García del Castillo Patrono y adminstrador de dicho hospital, Licenciado D Domingo Sañudo Sevillano Presbítero, D Francsico Muñoz de Mendoza, D Joseph Muñoz de Mendoza, D. Sancho de Leyba Ladrón de Guebara, D. Miguel Carrasco, Señor Carrasco Armario, Señor Garrido, Batolomé de Hinojosa, Domingo de Camas, Señor Silvestre, Señor Hidalgo, Señor Lopez Angulo, Señor de Armario y Diego del Castillo Coronado que juntos y de mancomún y todos de un acuerdo dijeron


Que por cuanto la Cofradía que en dicha Iglesia estaba  fundada advocación de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo que celebraba los dolores de María Santísima de las Angustias se había extinguido y los hermanos de dicha Cofradía algunos habían fallecido y el Mayordomo que tenía se había ausentado llevandose los libros dejanto desierta la dicha hermandad determinaron por piadoso celo y devoción exigir y fundar de nuevo dicha cofradía por la mucha devoción que tenían a María Santísima de las Angustias imagen de la dicha cofradía en cuya virtud nombraron por hermanos mayores a los dichos señores Don Francisco Moñoz de
Mendoza y Don Sancho de Leyba y por Mayordomo al dicho Don Alonso García del Castillo y distribuyeron y destinaron los hermanos que en cada mes habrian de tener cuidado de la demanda y ejercicio que [acabado] y no pertencia sin que se entienda ni se ha visto que las cuentas que se dieren ante el Señor Vicario o Señor Visitador u otro Señor Juez eclesiastco que tomarlas pueda  al aprobarlas, se les haya de hacer cargo de las antecedentes, ni tener intervención alguna con las demas de cargo y data de todas ni alguna de ellas porque de otra forma renuncian y se apartan de dicha Cofradía y Hermandad y solo se obligan a dar la cuenta individual de todos los demás que hubieren entrado en poder de dicho Mayordomo desde el dicho día así mismo dicho.
Y en esta consideración aceptaron los dichos nombrados el Oficio y Cargo que se les había dado y pidieron y suplicaron al Señor licenciado Don Guillermo Ruiz de Pérez Vicario de las Iglesias y Clero de esta Villa y tenga por bién de interponer ante Cabildo su autoridad y su señorial decreto para que valga.  Según y conforme su contenido y lo firmaron”.
Podemos concluir que el anterior documento no tiene desperdicio alguno y que la interpretación de su contenido es clara y contundente. El día 20 de Agosto de 1713 se produjo una reunión formal, que sin duda alguna debió de tramarse con anterioridad y concienzudamente, por el número de asistentes y por la importancia de los asuntos a tratar, donde se propone y -exige- la refundación la Hermandad de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.  En otro  momento analizaremos el decreto del Sr. Vicario de la Villa aprobando dicha refundación.

También podemos pensar que la extinción de la Hermandad de la Resurrección no debió de prolongarse durante mucho tiempo, puesto que la marcha de su Mayordomo a Morón de la Frontera, pudo dejar momentaneamente sin rumbo documental a la organización, ya que se marchó llevandose los libros de la misma. No sabemos los motivos, pero leyendo entre lineas, nos atreveríamos a decir que ni siquiera llegó a extinguirse, sino que fué necesaria una refundación formal, para liberar de responsabilidad a los que quedaron y empezar desde cero la cuentas de la Hermandad. Esta afirmación, no deja de ser expeculativa, pero según leemos en el documento  se hace un verdadero esfuerzo por parte de su redactor en dejar claro que los firmantes quedan sin responsabilidad de las cuentas dadas y no dadas con anterioridad y solo se responsabilizan de las que deben dar desde el día de la fecha en adelante, condición que claramente ponen para asumir una nueva etapa.

Iremos analizando en otros artículos el documento que hemos publicado y el Decreto que le da luz verde formalmente a la decisión tomada el 20 de agosto de  1713.



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