septiembre 2013
«El que venga a mi, no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed.» (Jn 6,35)

28.9.13 ,
En estos días  hemos estado, como todos sabéis, con la obsesión de hacer ver públicamente que la imagen de Guiomar era realmente la de la Virgen María. En este empeño, no hemos caído en la cuenta de que  la lámina hermana a la referida está en grave peligro de no poder ser recuperada. Es un miedo que tenemos, quizás infundado, pero que percibimos real, pues no vemos este cuadro desde la restauración de la iglesia de la Resurrección.

Afortunadamente y como tenemos la manía de ir fotografiando todo lo que se mueve, y después de buscar en nuestros archivos, dada la actualidad del tema que nos ocupa, hemos encontrado algunas instantáneas que al observarlas han encendido de nuevo la luz de alarma en nuestro deber de conservar lo que nos legaron nuestros antepasados.

Bien es cierto como sabemos todos los bornenses que en estos momentos tenemos urgencias más que suficientes para cubrir un largo tiempo y una gran inversión en la conservación de nuestro patrimonio. Pero lo cortes no quita lo valiente y como una imagen vale mas que mil palabras, os dejamos con una galería de fotografías para que ustedes mismos os podáis hacer una idea de lo que acabamos de argumentar.

Entre ellas, esta la del cuadro de la Virgen María antes de ser restaurado y que afortunadamente mas pronto que tarde volverá al templo de la Resurrección, por una más que acertada decisión y esperemos que en un futuro próximo los restantes que se encuentran fuera y que se conservan también puedan hacerlo.

También se encuentra la pareja de este cuadro, y si lo observamos detenidamente es más que evidente que se trata de un rostro de Jesucristo. Es increíble cómo, a veces, no vemos lo que está delante de nosotros y nos perdemos en conjeturas sin fundamento alguno. Con respecto a este rostro de Jesús esperemos que no sea demasiado tarde para su recuperación.


Picar en la foto para ver más



Desde este espacio y desde nuestra Corporación aplaudimos y reconocemos la labor de recuperación del patrimonio pictórico de la parroquia que se está llevando  a cabo y animamos a nuestro Párroco y Director Espiritual a que persevere en la mencionada labor, que viene a cubrir una necesidad desatendida en épocas anteriores.

Con la publicación de estas imágenes solamente pretendemos sensibilizar a quien corresponda para que se recuperen en la medida de lo posible las obras que están en una autentica situación de desaparición, para que el legado que recibimos de nuestros antepasados sea transmitido a las generaciones futuras.


PBJ

26.9.13 , ,
Hace poco tiempo, como ya hemos contado en otras ocasiones, el libro de actas de nuestra recién refundada Hermandad en el año 1951, que había estado distraído, volvió a donde nunca debió salir. Parece que nuestra Corporación padece un mal endémico y particularismo que hace que la documentación vaya y venga, queremos creer que por el interés que suscita el estudio de escritos antiguos y no de la apropiación de estos textos. Tenemos la asignatura pendiente de realizar un catálogo pormenorizado del archivo de nuestra Hermandad para que estas cosas no sucedan.




Lo que nos interesa en esta ocasión es, a espera de publicar otros trabajos interesantes de nuestra historia que pronto verán la luz, hacer pública la transcripción del acta de refundación de 1951, que a nuestro juicio no tiene desperdicio, porque si la leemos detenidamente, nos da a entender que unos amigos, amantes de las cofradías, se reunieron para acordar lo que podéis leer en el siguiente documento. Pero amén de algún desliz, sobre todo en la advocación de Ntra. Señora, parece que estuviesen iluminados por el Espíritu, puesto que dudamos que por aquellos entonces conociesen la verdadera historia de nuestra Hermandad, de la Orden Tercera de los Siervos de María Santísima de los Dolores, ni del Hospital de Digo Álvarez y la verdad es que acertaron de pleno.

La importancia de esta reunión es inequívoca, puesto que en ella se sentaron las bases de lo que hoy es nuestra Corporación a la que poco a poco vamos conociendo más y mejor, pero dejándonos de introducciones y conjeturas os transcribimos lo que aconteció el día 25 de marzo de 1951.





Aunque no queremos adelantar acontecimientos, en otra ocasión iremos transcribiendo una a una todas las actas que contiene este libro, que ahora está custodiado por nuestro secretario, con la intención de ir conociéndonos un poco mejor, incluso tenemos previsto unos ratos de tertulia con algunos de los firmantes de estas actas que afortunadamente todavía viven. Así mismo iremos incorporando toda esta información a nuestro Blog, para que nuestros visitantes puedan acceder a ella de forma ordenada y perfectamente localizable.


25.9.13
Hoy por hoy, nuestra Semana Santa, pese quien pese, no podría entenderse sin los costaleros. Cofrades, que asumen voluntariamente cada año, la responsabilidad de poner en movimiento nuestros pasos procesionales, de peregrinar por las calles de Bornos y de contribuir así, al público testimonio de fe que se expresa cuando la Hermandad se hace Cofradía. Estas son las premisas necesarias que debe conocer todo costalero. Como todo en la vida, y más en el mundo cofrade, el trabajo costalero debe valorarse desde el término medio, desde la moderada discreción con la que los costaleros, deben dar a su trabajo.

Renunciar a las alharacas que desvíen la atención sobre el motivo principal de su razón de ser, que es la veneración en la calle de las Imágenes Sagradas, pero a la vez no bajar la guardia para que esas divinas imágenes de nuestra devoción se presenten con la dignidad necesaria, aún más con el esplendor que merecen. Se ha dicho hasta el empacho que el costalero reza con los pies. Si además la Estación de Penitencia es una catequesis popular, también “predica” con sus músculos, con su atención, con su corazón.

El corazón manda en el mundo de la costalería. Sin él sería imposible su cansancio y sacrificio. Los costaleros que no sienten lo que hacen, que quieren sencillamente probar, no perseveran en tan esforzada tarea, por más que se les repita una y otra vez que ocupan “un lugar de privilegio”, pues ¿quién va más cerca de nuestro Cristo Flagelado que el costalero que se hermana con la trabajadera?



El costalero se compromete con su servicio, se prepara para ello y en el momento necesario, pasando casi desapercibido, está ahí. Su faja, su costal y sus zapatillas son el hábito de su anónima penitencia, ni más ni menos que cualquier nazareno.

No es raro observar una dilatada experiencia en muchos costaleros. Esto es bueno, aunque se acerque la hora del relevo, pues ni la salud ni la edad engañan. Este año, quizás dejarán el palo algunos de los más veteranos cargadores de nuestra Hermandad, –es ley de vida- y nos alegraremos con ellos dando gracias a ese Cristo Flagelado, que nos protege diariamente, por el tiempo compartido y por tantas energías ofrecidas como sacrificio en el ara de la parihuela, ese altar portátil donde Cristo y María lucen con singular belleza. Para ellos, para todos los costaleros que desde siempre han sido del Señor de la calle Graná, nuestra gratitud.


La Hermandad sigue siendo su casa y la penitencia se expresa de muchas maneras, vistiendo la túnica nazarena, con la ofrenda de luz del cirio alzado o con cualquier otro sacrificio. Muchos lo hacen, coronando con el mejor sabor cofrade su dilatada experiencia costalera. Es deseable que sea así en todos los casos, máxime cuando el costalero, en su experiencia penitencial personal puede aportar perspectivas más ricas que otros cofrades, merced a esa trayectoria previa.

Para los nuevos, para los que quieran acercarse al mundo costalero y lo van a hacer este año por primera vez, nuestro ánimo y nuestra esperanza. Estoy seguro de que no se van a ver defraudados y deben saber que su trabajo hace también cado año más grande a nuestra Hermandad. Son, y deben sentirse, eslabones con renovados bríos en una cadena de amor y sacrificio que yo no me atrevería a ponderar, porque sólo Él sabe hacerlo correctamente. Pero sí sé que una decisión así es el fruto de un corazón generoso.


Tal vez te plantees dar ese paso. Medítalo suficientemente, pero no te rindas ante la primera excusa. Piensa que Él mismo te invita; es Él quien nos congrega en la vida de Hermandad. Hay palabras muy bellas en el mundo de nuestras Hermandades y Cofradías, pero entre todas ellas, en esta ocasión me quedaré con ese diálogo sencillo y sincero con Cristo Flagelado y con María del Mayor Dolor :


“Jesús, yo quiero ser tu costalero”,
“María, yo quiero ser tu costalero”.












19.9.13 ,
La devoción a los Dolores de la Santísima Virgen es muy antigua en la Iglesia. Algunos Padres antiguos evocaron los padecimientos de María durante la Pasión de su Divino Hijo, particularmente san Efrén Siro (en su Lamentatio Mariae) y san Agustín. El papa Sixto III (432-440), al consagrar la nueva Basílica Liberiana (Santa María la Mayor) , la dedicó a la Madre de Dios (Theotokós), celebrada bajo el peculiar título de Regina martyrum, la Reina de los Mártires, porque si alguien sufrió indecible martirio (aunque sin derramamiento de sangre) Ésa fue sin duda la mártir entre los mártires: la Madre del Mártir del Calvario.


En la Edad Media, San Bernardo también evocó en sus escritos los Dolores de la Virgen, pero la devoción a ellos se verá impulsada poderosamente por la Orden de los Siervos de María (Servitas), fundada en la basílica de la Santissima Annunziata de Florencia, por los Siete Varones en 1233. Tras un breve período de vida eremítica en el monte Senario, la primera comunidad se abrió también a la vida apostólica, difundiéndose por la Toscana. Por la época del II Concilio de Lyon (1274) su miembro más conspicuo, san Felipe Benicio (que había renunciado al Papado tras ser elegido para ocupar el solio de Pedro) salvó a la orden de la extinción que la amenazó debido a problemas de índole canónica. Finalmente los Servitas obtuvieron la aprobación pontificia del papa Benedicto XI en 1304.


Propia de esta orden –reconocida como mendicante en 1424 por Martín V– es la devoción de la corona dolorosa o septenario de los Siete Dolores de la Santísima Virgen, que se rezan mediante un rosario compuesto por siete septenas de siete cuentas cada una, separadas por medallas que representan cada una uno de los siete dolores. En lugar del pequeño crucifijo de la corona dominica, la corona servita lleva una medalla que representa la imagen de la Virgen Dolorosa en el anverso y la escena del Clavario en el reverso. Así pues, el Septenario consta de 7 padrenuestros y cuarenta y nueve avemarías, a los que suele añadirse una Salve y el Pater, Ave y Credo por las intenciones del Romano Pontífice. Se completa con las Letanías de Dolores, aprobadas en 1809 por Pío VII, aunque para uso privado, no constando entre las auténticas y públicas, consignadas en el Rituale Romanum y en el suplemento del Breviario.

No hay que confundir el Septenario de Dolores de los Servitas con la corona dolorosa de los Franciscanos, que se reza sobre el rosario seráfico los días de penitencia y durante la cuaresma en las órdenes que siguen la regla del Poverello de Asís. El rosario seráfico está compuesto por siete decenas y sirve tanto para la devoción de los Siete Gozos como para la de los Siete Dolores, aunque en este último caso, a diferencia de los servitas, la corona se compone de 7 padrenuestros y setenta avemarías (más dos suplementarias para completar el número de años que se cree que la Santísima Virgen vivió sobre la Tierra). La corona del Septenario Servita ha de ser bendecida por un sacerdote de la orden, que también es el único facultado para bendecir el escapulario negro o escapulario de la Dolorosa. La sede de los Servitas se halla en la iglesia romana de San Marcelo en el Corso.

Existen en el calendario litúrgico dos festividades dedicadas a los Siete Dolores de la Santísima Virgen: la primera es la de hoy, el Viernes de Pasión, llamado también Viernes de Dolores; la segunda es el 15 de septiembre, día en que se conmemoran los Dolores Gloriosos de Nuestra Señora. Ambas fiestas comenzaron a propagarse ampliamente en el siglo XVII, aunque la primera ya era muy popular en plena época del Renacimiento. La segunda fue extendida a la Iglesia universal por el papa Pío VII en 1815, para conmemorar su liberación de la cautividad napoléonica. La duplicación de la misma advocación llevó recientemente a la supresión de la del Viernes de Dolores, pero se mantiene allí donde hay una devoción arraigada. En el formulario de la misa se halla la bellísima secuencia Stabat Mater, atribuida al franciscano espiritual fra Iacopone da Todi († 1306) y que ha sido fuente de inspiración de magníficas composiciones musicales, como las de Scarlatti, Vivaldi, Pergolesi y Rossini.

La consideración de los Siete dolores de la Virgen debe llevarnos a confiar en Nuestra Madre del Cielo como solidaria de las penas y aflicciones de sus hijos. Ella como ninguna sufrió terriblemente en su Inmaculado Corazón durante la Pasión de Jesús. Por eso nadie mejor que la Madre Dolorosa para comprender a los que sufrimos en este valle de lágrimas. Ella conforta a las madres que padecen por sus hijos y a los hijos que pasan por enfermedades y desgracias. Miremos hacia su corazón dolorido y atravesado, según la profecía de Simeón y saquemos fuerza de él para sobrellevar con cristiana paciencia las penalidades de esta vida, a fin de merecer la gloria del Paraíso.

17.9.13 ,

 OFICIO:


Estimados Hermanos/as en Cristo Resucitado:


Por el presente y para general conocimiento de todos nuestros Hermanos, se os comunica que habiendo recibido aprobado por parte de la Autoridad Eclesiástica, con fecha tres de septiembre del presente, el censo electoral que habíamos remitido a la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías, y en aplicación de la normativa que rige nuestra Corporación, declaro abierto el período de dos meses y hasta el próximo día 18 de noviembre, durante el que todos los interesados pueden consultar los datos censales con los que se encuentran inscritos y en su caso reclamar las correcciones de errores u omisiones que fuesen necesarias, para el ejercicio del derecho a voto que reconoce nuestra normativa  a todos nuestros Hermanos, que cumplan los requisitos establecidos para ello.

Todos los viernes en horario de tarde, de siete a ocho, estaremos en la Casa Hermandad, para que quién lo desee, pueda consultar sus datos a fin de dar tramite  a lo legalmente establecido. Las personas que no puedan acercarse en el horario antes dicho, podrán consultar sus datos directamente a los miembros de la Junta de Gobierno por procedimiento directo, siempre en el plazo de dos meses que se establece.

Transcurrido el periodo de dos meses para la revisión personal de los datos personales de los hermanos integrantes del censo electoral, se abrirá otro periodo de un mes para la presentación de candidatos y la comprobación de las rectificaciones que se pudieran haber reclamado.



Por todo lo antes dicho, ruego a todos proporcionen al presente oficio  la publicidad necesaria para que ningún Hermano quede sin comprobar sus datos de inscripción en el censo electoral de nuestra Hermandad, en el día y la fecha de diecisiete de septiembre del año de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado de dos mil trece.

Pedro Bueno Jiménez
 Hermano Mayor

11.9.13 ,
Sobre el cuadro de Dª Guiomar de Torres, no podemos aportar ningún dato referente a su autoría. Pero ni de esta ni de ninguna de las otras once obras pictóricas que guarda/guardaba la Iglesia de la Resurrección (tres se encuentran actualmente en distintas dependencias de nuestra Parroquia). No es extraño. De hecho, no se conoce el autor de ninguna de las muchas pinturas que atesoramos en ninguna de nuestras iglesias.


Cuadro de la Virgen María

Lo que sí sabemos de este cuadro en concreto y de su compañero en tamaño, marco y ubicación, es cómo y aproximadamente cuándo llegaron a este templo. Pero antes hay que aceptar que en realidad no es Dª Guiomar quien aparece en ese cuadro. Se trata de una imagen de la Virgen María. Así figura en los inventarios conservados de 1885, en otro de principios del S.XX e incluso en uno de 1980 realizado por Manuel Barra. En todos figuran estos cuadros como Nuestra Señora de los Dolores y el Sagrado Corazón de Jesús.

Leyendo el testamento del que fuera Mayordomo del Hospital de la Resurrección el presbítero D. Alonso García del Castillo, podemos ver como tras legar al hospital la casa que poseía en la calle de La Cilla ( hoy San Laureano ), hace inventario de sus posesiones diciendo «Declaro tengo así mismo, por más bienes, dos láminas del Salvador y de Nuestra Señora, con sus marcos dorados, que hoy están en las credencias del altar mayor del dicho hospital…» Y tras la relación de todo su mobiliario, menaje y ropas continúa diciendo: « Mando al dicho hospital las dos láminas del Señor Salvador y Nuestra Señora, que son las que hoy están en la credencia del altar mayor del dicho hospital. Más el bufete grande, de dos tablas, y tiene su herraje, que es donde tengo mi despacho. Más el tapete felpado y todo el esterado de mi sala, juntamente con el legado de las casas que llevo declaradas.»

Por lo tanto, ya se encontraban en la Resurrección con anterioridad a diciembre de 1724 fecha en que fue redactado este testamento. Recordemos que estos cuadros, al menos es lo que hemos conocido hasta el comienzo de las obras en el año 2000, estaban colocados de frente al altar principal, sobre la parte oculta del arco que separa la nave de la cúpula del presbiterio, si miramos desde la calle. Quedando el de Cristo en el lado de la sacristía, unos dos metros por encima de la pila de piedra que hay a la entrada de dicha sacristía.

Entender que ese lugar corresponde con «las credencias» del presbiterio citado en el testamento del administrador García del Castillo, puede parecer forzado. Nuestra hipótesis es que ocupaban el lugar que en la actualidad ocupan el de san Elías y el de la virgen del Carmen, lugar que sí sería más fácilmente asociable a las credencias de un altar, y que a partir de 1754 cuando estos últimos fueron legados por doña Mariana Carrasco, los otros fueron colocados en el lugar más próximo posible a su ubicación original.

Este Alonso García del Castillo, autor de la donación, era cuarto nieto de Leonor Álvarez, hermana del fundador, Diego Álvarez. Y se ocupó de la administración del Hospital de la Resurrección durante 42 años (1686-1727), viviendo incluso en el propio Hospital, donde debía ser vecino de patio de la familia de la piadosa enfermera María Jiménez que cita Manuel Barra en su obra, que lo fue entre 1684 y 1697.

Además este clérigo, fue el promotor de la refundación de la Cofradía de la Resurrección en 1713, por haberse extinguido y por la gran devoción que le tenía a Nª Sra. de las Angustias, titular de esta cofradía, siendo su primer mayordomo. Para entonces llevaba ya veintisiete años ocupándose de la administración del Hospital y su Iglesia, ahora también administraba la cofradía. Cabe preguntarse si llegó a conocer en funcionamiento esta Hermandad antes de su desaparición e incluso si llegó a pertenecer a ella, o si la devoción a la Virgen fue lo único que motivó esta iniciativa. En el archivo general de la diócesis de Sevilla, estamos seguros que encontraremos la respuesta a esta y otras interrogantes sobre la historia del Hospital y la Hermandad de la Resurrección.



Bibliografía:


. Todos los datos aportados sobre Alonso García del Castillo han sido extraídos de la obra inédita de D. Manuel Barra Rodríguez "DIEGO ALVAREZ Y SU HOSPITAL DE LA RESURRECCION". Madrid.1993.

. Además se aportan datos del Archivo de Protocolos de la Villa de Bornos y del propio archivo de la Hermandad de la Resurrección.

Álvaro Gutierrez Sánchez

Mayordomo


4.9.13 ,
Las mujeres de nuestro pueblo  fueron protagonistas mayoritarias de la visita que el pasado 29 de agosto, realizó a nuestro pueblo la imagen de Nuestra Señora de las Montañas, acercándose a ella, rezándole, besándole el manto y acompañándola en todo momento.

Hemos elegido unas instantáneas de Carlos Carbellido y después de tratar su tamaño hemos confeccionado para ustedes la siguiente presentación. Una imagen vale más que mil palabras. Que la disfrutéis.

Para ver todas las imágenes pica en la foto




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