noviembre 2014
«El que venga a mi, no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed.» (Jn 6,35)

22.11.14
El final del año litúrgico nos recuerda, una vez más, que Jesucristo es el primero de los resucitados, y que eso nos abre a una nueva realidad, a un nuevo reino, a una nueva humanidad. Esta celebración de hoy resume la manera de vivir de Jesús: su cercanía con los pobres, su sentarse a la mesa de los pecadores, su no tener donde reclinar la cabeza, su afán por curar, perdonar, amar, recuperar a los desesperanzados, a los hambrientos, sedientos, forasteros (inmigrantes), desnudos, enfermos, presos… En definitiva, a los “ninguneados” de este mundo nuestro. Por eso el reinado de Jesús no es un reinado de poder y autoridad, ni se identifica con los reyes y príncipes de este mundo, sino que es un reinado de servicio, entrega, amor… y se identifica con los más pobres, que son los más importantes en ese Reino, en esa nueva humanidad que Dios va a crear cuando recapitule todas las cosas en su Hijo Jesucristo, Rey del Universo.

No podemos decir que no estamos avisados, o que no lo sabíamos, porque en la Palabra de Dios se nos recuerda constantemente. Y por si fuera poco, hoy hay un subrayado especial. Todas esas personas que son apartadas del justo reparto de los bienes de este mundo, en todas ellas está Dios. Jesús se identifica con ellos. Y lo dice muy claramente: “conmigo lo hicisteis”. Jesús se identifica con toda persona hambrienta, sedienta, encarcelada, desnuda, con toda persona que se ve obligada a emigrar, con los que se cuelgan de las vallas de Melilla buscando un futuro mejor, con los que no tienen hogar y viven en la calle, con los enfermos, con los que sufren los recortes en sanidad, en dependencia, en definitiva, con todos los que se sienten “pisoteados” en su dignidad y en sus derechos. “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”.



Además, vemos también como es Dios con nosotros, sus ovejas. Lo vemos en la lectura de Ezequiel. Él mismo nos busca, sigue nuestro rastro, hasta que nos encuentra; nos vuelve a reunir y nos protege de todo peligro; nos apacienta, nos hace sestear; venda nuestras heridas, cura nuestras enfermedades; se preocupa especialmente por aquellas más perdidas o descarriadas, por las que se sienten desprotegidas, apartadas. Así es Dios con nosotros. Y en el Salmo podemos ver cómo sentimos nosotros ese amor y ese cuidado de Dios en primera persona: “El Señor es MI pastor… en verdes praderas me hace recostar… me conduce hacia fuentes tranquilas… repara mis fuerzas… me guía por el sendero justo… tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida…”. ¿Por qué no hacer posible esta experiencia de amor a todas las personas que la necesitan y no la ven o no la encuentran?

Los pobres son la presencia de Dios, de Jesús, entre nosotros. Dios se manifiesta a través de ellos. Ellos son para nosotros palabra y presencia de Dios. Si queremos estar cerca de Dios, también habremos de estar cerca de los pobres. Dios no es indiferente ante el sufrimiento humano. Por eso, aquellos que en esta vida no encuentren justicia, serán recompensados por Dios en la resurrección de los muertos y de los cuerpos. Ahí será restablecida toda justicia y todos será recapitulado y puesto en su justo orden. Ahí viviremos en plenitud ese proyecto de humanidad de Dios basado en el amor y la fraternidad entre todas las personas. Ahí también daremos cuenta de nuestra manera de actuar con los más necesitados, con los últimos de este mundo, con los pequeños, con los más pobres. Ahí recibiremos la herencia de Dios, de la cual somos herederos: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”.

Que la Mesa de la Eucaristía sea la Mesa de los hermanos, la Mesa de la fraternidad donde todos se sientan acogidos, respetados, acompañados, amados. Que sepamos mostrar a los más necesitados el rostro de un Dios que se entrega por ellos, para que tengan una vida digna y en condiciones; un Dios que se desvive por todos nosotros cada vez que, al celebrar la Eucaristía, entrega a su único Hijo para nuestra salvación.

16.11.14


Si buscamos en el diccionario, encontraremos que la palabra “talentos” viene definida como inteligencia, es decir, capacidad de entender, y también aptitud, es decir, la capacidad para desempeñar algo. En el lenguaje de la parábola, hace referencia a algo muy valioso, que se define como una moneda de gran valor, pero que va más allá. Es algo grande que se nos da como regalo para que lo administremos y lo hagamos producir y de lo que después se nos pedirá cuentas.

Como es algo que se nos da, que se nos confía, nos situamos como “empleados” (así los define la parábola) y no como “propietarios”. Lo que tenemos no es nuestro, nos ha sido dado, gratuitamente, para nuestro bien y el de los que nos rodean. Hay alguien, por tanto, que confía en nosotros y nos encomienda esto que es muy valioso, lo cual nos da seguridad, pero al mismo tiempo, nos llama a la responsabilidad. Somos invitados a ser buenos administradores de eso que recibimos.




Ejemplo de buena administración tenemos en la primera lectura, donde a través del ejemplo de una mujer, se nos invita a todos, hombres y mujeres, a cuidar lo que tenemos y a administrarlo para el bien de todos. La “mujer hacendosa” podemos ser cualquiera de nosotros, en la medida en que nuestro trabajo sirve para producir “ganancias y no pérdidas todos los días de su vida”. Además, de él también se benefician los más pobres, ya que “abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre”.

Aquello que recibimos, que es de gran valor, y que estamos llamados a administrar, para beneficio de los que están a nuestro alrededor, especialmente de los más pobres, son los talentos que Dios nos da a cada uno, porque confía en nosotros plenamente. Dios ha puesto en nosotros una inteligencia y unas capacidades y aptitudes para que podamos sacar lo mejor de nosotros mismos, lo que cada uno lleva dentro, y ponerlo al servicio de los demás. Esa es la manera en que esos talentos se multiplican y dan fruto. Pero si los escondemos por miedo o pasividad, nunca se multiplicarán. Podremos decir que no los hemos perdido, pero eso no justificará nuestra pasividad y nuestra falta de compromiso ante algo tan grande que hemos recibido.

En cuanto al tema de cuándo será el momento en que el Señor nos pida cuentas, San Pablo le dice a su comunidad que “el día del Señor llegará como un ladrón en la noche”, es decir, que no sabemos cómo ni cuándo. Lo que sí que podemos cuidar es la actitud a tener durante ese tiempo de espera: la vigilancia. “Estemos vigilantes y vivamos sobriamente”, dice San Pablo al final de la segunda lectura, todo lo contrario a enterrar nuestros talentos y dedicarnos a esperar a que vuelva el Señor que nos los encomendó. En la comunidad cristiana estamos llamados a vivir como corresponde a los seguidores de Jesús, multiplicando los talentos que Dios nos ha dado y poniéndolos al servicio de todos. En la medida en que vivamos así, estaremos viviendo como “hijos de la luz” y no tendremos porque temer nada en ese día final, ya que hemos acogido el evangelio y lo estamos viviendo, no sin dificultad, pero lo vamos haciendo.

La invitación que hace el Señor a los empleados es a participar en su banquete: “pasa al banquete de tu señor”. Aquí, en el banquete de la Eucaristía, presentamos al Señor nuestras vidas, lo que vamos haciendo con esos talentos que él ha puesto en nuestras manos, las dificultades que tenemos para vivir el evangelio, los logros, los pasos adelante, y también los errores, los fallos que vamos cometiendo en el camino. Todo eso es lo que el Señor acoge y nos devuelve multiplicado cuando celebramos la Eucaristía y la vivimos con esta intención.

Además, hoy estamos celebrando el Día de la Iglesia Diocesana. Cada uno de nosotros, con nuestros talentos y capacidades, formamos la Iglesia Diocesana. No es algo extraño a nosotros. Es la gran familia que rompe las distancias locales y se abre a la comunión con otras parroquias de la misma provincia. Y cada una de las diócesis se une también en comunión con la Iglesia Universal. La Diócesis es nuestra gran familia, la casa grande donde todos cabemos y tenemos nuestro sitio. Hoy es su día. Hoy pedimos en nuestra Eucaristía por todas las parroquias de nuestra diócesis, por todas sus actividades pastorales, sociales, asistenciales, por nuestros misioneros diocesanos, por los niños, jóvenes y mayores de nuestras parroquias. Todos caben hoy en la Mesa que cada domingo nos convoca para reunirnos con el Señor de la Casa. Que el Señor pueda decir de cada uno de nosotros que somos un “empleado fiel y cumplidor” y que nuestros talentos ayuden a mejorar las relaciones entre nosotros, la Iglesia en la que participamos y el mundo en el que vivimos.



15.11.14 , ,
Ayer tarde en Cabildo Extraordinario legalmente constituido en segunda convocatoria, y con asistencia de nuestro Director Espiritual, cura Párroco, Arcipreste de Arcos y Vicario  Episcopal de Pastoral en la zona sierra de nuestra Diócesis, Rvdo. Sr. D. Luis Piñero Carrasco, fue aprobado por unanimidad el proyecto de realización de nuevo Misterio de la Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo.


Una vez celebrada con todo recogimiento Estación al Santísimo Sacramento, presente en el Sagrario de la Iglesia de la Resurrección, se abrió la sesión en la que se explicó a los asistentes en que consistía el proyecto, quién lo realizará, como se financiará, los plazos de ejecución, el coste total, etc.

Después intervino D. Ismael Rodriguez-Viciana Buzón para explicar el proceso de ejecución, los materiales a emplear, el acabado y otros interesantes detalles técnicos, apoyándose en un boceto del busto, a tamaño real, de la primera imagen secundaria a realizar que dejó satisfechos a los oyentes.

Sin otros asuntos a tratar, y por unanimidad fue dado el visto bueno para que la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad inicie los trámites oportunos ante la Autoridad Eclesiástica a fin de que nos sea autorizado el inicio de los trabajos, una vez recabados los informes favorables necesarios y después de la preceptiva presentación ante la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías de informe y solicitud formal.

Antes de cerrar la sesión, nuestro Director Espiritual conminó a nuestra Corporación a seguir creciendo en espiritualidad, a vivir la alegría del encuentro con Jesucristo Resucitado y Glorioso y a una participación activa en la tarea evangelizadora que nos dejó como uno de sus principales encargos. 

Con el rezo de las Preces a nuestros Amantísimos Titulares se declaró finalizado el Cabildo Extraordinario del que os damos rendidas cuentas para general conocimiento con la satisfacción y en la seguridad de que todo lo que hacemos es para la Mayor Gloria de Jesucristo y su Santísima Madre.

Vuestra Junta de Gobierno


2.11.14 ,
Entrados ya en el mes de noviembre de 2014 y en la celebración de los Files Difuntos, nuestra Hermandad tiene en sus oraciones muy especialmente a todos nuestros Hermanos que siguieron los pasos de  Nuestro Señor Jesucristo de la Santísima Flagelación.

 

Que sus almas se sientan gozosas en la presencia de Dios con las oraciones de Nuestra Iglesia peregrina en la tierra.






1.11.14 ,
Hoy sábado día uno de noviembre, festividad de todos los Santos, hemos recibido la grata visita de algunos componentes de la Banda de Cornetas y Tambores de María Santísima de la Estrella, que recordemos acompañará D.M. al Santísimo Cristo de la Flagelación en nuestra Estación de Penitencia el próximo Miércoles Santo.



Después de enseñarles la Iglesia de la Resurrección hemos compartido unos gratos momentos que han servido para comenzar a conocernos e intercambiar impresiones muy valiosas para ambas partes que, sin duda, contribuirán a una amistad y hermanamiento necesarios en el compromiso que nos une.

Desde la Cofradía de la Resurrección queremos agradecer a Roberto, Andrés y Alfonso así como a Víctor que les acompañaba, componente de la A. M. Expiración de Huéscar, la deferencia que han tenido al visitarnos y a los que les deseamos todo lo mejor.


Que Jesucristo Resucitado y Glorioso patrocine y ampare esta amistad por muchos años y que haga que la Estación de Penitencia del Miércoles Santo sea la expresión pública de que también haciendo música se reza. Gracias Amigos, os esperamos.


Anfora y Corazón

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