Así ha lucido María Santísima del Mayor Dolor durante los días de Triduo que la Hermandad a venido celebrando. Debe ser todo un privilegio tener unas manos capaces de rezar a María con encajes, alfires, agujetas y sobre todo con una, otra y otra mirada.
Nuestro hermano Pablo consigue con su respeto, buen gusto y entrega, que todos podamos acercarnos hasta la inmensa dulzura de la Virgen, a su Divinino Rostro.
Click en la foto para aumentar
En una semana podremos, D.M., rezarle en su día a las 10:00 h. de la mañana en la Iglesia de la Resurrección, como desde hace cientos de años. Después, en la tranquilidad del templo, durante toda la jornada, podremos besar sus Divinas Manos e intimar espiritualmente con nuestra Madre. Toda una experiencia que nos va a preparar a revivir la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, y por último a regocijarnos con su Resurrección.
Publicar un comentario