Llega uno de los momentos mas esperado por todos: la Semana Santa. Una semana que nos hace revivir el acontecimiento central de nuestra Redención; nos reorienta hacia el núcleo esencial de la fe cristiana: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Son días que podríamos considerar como un solo día: constituyen el corazón de todo el año litúrgico, así como de la vida de la Iglesia. Al final del camino cuaresmal, nos disponemos también nosotros a entrar en el clima mismo que Jesús vivió entonces en Jerusalén. Queremos despertar en nosotros la memoria viva de los sufrimientos que el Señor padeció por nosotros y prepararnos para celebrar con alegría, la Pascua en la que la Iglesia celebra la fiesta que constituye el origen de todas las fiestas.
Domingo de Ramos:
Es el primer día de la semana y uno de los más importantes debido a que este día representa la llegada de Jesús a Jerusalén. Los escritos nos dicen, que Jesús llegó montado sobre un borrico, preludio de su Pasión. Al llegar a la Tierra Santa, sus fieles lo recibieron con fervor y gran entusiasmo, por eso este día, en las procesiones y en las iglesias, los creyentes llevan ramas de olivo o de palma, como símbolo de la fe renovada. Estas palmas en muchas iglesias son quemadas más adelante y las cenizas usadas el Miércoles de Ceniza.
La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.
En nuestra Parroquia celebraremos este día con procesión de Ramos desde la Iglesia de la Resurrección a las 11 de la mañana hasta el Templo Parroquial donde celebraremos la Eucaristía. Recorreremos las calles Granada, Cruz y Traviesa, San Jerónimo, Plza. Uno de Mayo, Plaza Alcalde José González y Templo Parroquial.
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