«El que venga a mi, no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed.» (Jn 6,35)

¡ Paz a Vosotros !

¡PAZ A VOSOTROS!, hermoso mensaje de salutación con el que comenzó su disertación ayer Domingo Quinto de Cuaresma nuestro pregonero José Luis Palmero García, que quiso comenzar, proclamando ante los presentes su agradecimiento a  quienes  en su infancia lo sustentaron y formaron.


Dejando al descubierto la condición de niño que conserva y de la que damos fe los que nos encontramos en su cercanía, hizo una retrospectiva muy emotiva casi trascendente de su historia más intima, salpicando con innumerables gotas de sentimiento a muchos de los presentes y ausentes, de los que no quiso olvidarse.
De la infancia al presente nos trasladó con delicada maestría y nos hizo cómplices de la Cruz que como Jesús todos cargamos, de nuestra propia Cruz, de su Cruz,  que compartió desde lo más profundo de su esencia. Compartiéndola, necesitó de la complicidad de los presentes que sentimos el impulso de lanzarle una espontánea ayuda,en forma de aplauso, para que disolviera la emoción que  por unos segundos le quebró la garganta y tambaleó la seguridad que demostró a lo largo de su discurso.

Imagenes de Fernando Romero

Desde las cenizas del miércoles que inicia la cuaresma, cual hábil capataz,  sustantivó la Primavera de Nuestra Redención  en noches de izquierda alante y derecha atrás,  en horas de meter en luz candelabros, sustentándola en  los pilares básicos de la  reconciliación y la conversión;  el Ayuno, la Limosna, la Penitencia y la Oración.
Con continuas referencias al Evangelio llegó a la verdad sobre la que todos los creyentes deberíamos reflexionar, repitiéndola en varias ocasiones, como antífona, - nunca solo con la Cruz. Así camina Jesús -.

Enfatizando el Sacrificio de Jesucristo  y con una plegaria ante el Árbol de la Cruz hizo a cada uno de los misterios de nuestra Semana Mayor una sincera rogatoria, en la seguridad de que sus peticiones  serán oídas  - Pedid y se os dará-.
Finalizó, de nuevo, saltándose los cánones como hiciera al principio con un  ASÍ SEA, que provocó un unánime aplauso de los presentes, que puestos en pie, agradecieron y reconocieron el contenido de su catequética exposición de la Pasión en este año del Señor de 2012.
Gracias,  José Luis, porque nos has hecho reflexionar y sentir tu reflexión como nuestra. FELICIDADES  con mayúsculas porque aunque todavía no podemos ofrecer el  texto completo del Pregón,  que esperamos publicar como se merece,  a los que estuvimos presentes se nos llenaron de Pasión todos y cada uno de los rincones de nuestros corazones.
PBJ
25.3.12

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