«El que venga a mi, no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed.» (Jn 6,35)

Los primeros impulsores

Está demostrado que el origen de Nuestra Hermandad tuvo su germen en la generosidad de personas ilustres de nuestro pasado, que con su voluntad caritativa y el deseo de hacer el bien para con sus paisanos de Bornos fueron clave en sentar las condiciones necesarias para que años después se creara la Cofradía que hoy conocemos como “Venerable e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos Santo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor”.

Estas personas son esencialmente Diego Álvarez de Bohórquez, Guiomar de Torres, Francisco Miguel Palomino y María Jiménez.



Detalle lateral de la Iglesia de la Resurrección

Diego Álvarez de Bohórquez (Siglos XV - XVI)

Bornense ilustre, del que no se sabe la fecha de nacimiento porque las actas bautismales de Bornos comienzan en el año 1532, pero ya en 1533 sí sabemos que estaba casado en Bornos. Diego Álvarez, con sus bienes propios, ayudó a todos los bornichos pobres y demás enfermos y transeúntes necesitados. 

Fue el fundador del Hospital e Iglesia de la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo de Bornos. Lo dejó dicho en su testamento en el que dejó escrito el 19 de Enero de 1555, ".. se edificase una casa hospital (...) en las casas de mi morada y en otras que tengo junto a ellas (...) e que el dicho hospital tenga el nombre de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, el cual haya y herede, en fin de los días de la vida de la dicha Guiomar de Torres, mi mujer, los dichos doscientos mil maravedíes, con los demás bienes que de mí quedaren después de los días de la susodicha, porque yo lo dejo y establezco por mi legítimo y universal heredero, e con los dichos bienes y rentas se labre y edifique la dicha casa hospital en un cuerpo, del cual se haga una Iglesia”, y fue su mujer, Doña Guiomar de Torres, la que llevó a cabo su voluntad testamentaria. Hay que resaltar que no solo dispone la construcción de la mencionada casa hospital e Iglesia, sino que la nombra legítima y universal heredera tanto de sus bienes como de las rentas de los mismos, una vez terminados los días de su mujer Guiomar de Torres.

Pero, un dato que nos interesa reflejar, es que también dejó escrito que, “… Después de hecha la dicha Iglesia y hospital, si los vecinos de esta villa quisieren hacer hermandad e cofradía en él que la puedan hacer teniendo la dicha cofradía y nombrándose de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”, deseo que se hizo realidad posteriormente y que podemos consensuar, fue el verdadero germen del inicio de nuestra Cofradía. Por tanto, si la fundación de la Iglesia-hospital de la Resurrección -hacia el 1576-, tuvo el inicio en el deseo de Diego Álvarez de Bohórquez, también lo tuvo la Hermandad de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, que ya nunca se separaría de su Sede Canónica a diferencia de otras Cofradías que también en ella se fundaron.


Guiomar de Torres. (S. XVI).

Nacida en Bornos. Cofundadora de las obras pías que dejó encargadas -en testamento- su marido, el también Bornense Diego Álvarez. Parece ser que fue ella directamente, la que fundó en 1576 el Hospital de la Resurrección, haciendo uso de la prerrogativa que su marido le otorga en testamento “… se empiece a labrar luego que la dicha Guiomar de Torres mi mujer, fuere fallecida, o si ella quisiera que antes se comience, que antes se haga…”, según hecho, que D. Manuel Barra, relata en su obra Iglesias y Ermitas de Bornos.

El hecho constatado por nuestro historiador e investigador, el 3 de febrero de 1576, es que el sobrino de Diego Álvarez, Diego Sánchez Armario, encargado por éste para dirigir la obras a realizar “… para que tenga más cuidado, mando que de la dicha renta se le de todos los años que se ocupare en lo hacer labrar cinco mil maravedís…”, pidió “traslado autorizado, en pública forma”, del proceso de partición de los bienes que quedaron por fin y fallecimiento de su tío, porque lo necesitaba - con probabilidad para sufragar la obra -.

Sigue siendo un misterio los datos referentes a este período que con toda probabilidad se encontrarían reflejados en el primer libro de cuentas del Hospital y su Iglesia, por desgracia desaparecido o probablemente extinguido en el incendio de los archivos municipales de 1873.

Impulsó por tanto cuando aún vivía la hechura de este hospital, siendo muy popular antiguamente, en toda la comarca. De ella existe en la actualidad un cuadro pictórico, que antes de la ultima restauración de la Iglesia de la Resurrección se encontraba en ella y que en la actualidad se encuentra en el despacho parroquial de Santo Domingo de Guzmán, que nos sirve para recordar su calidad humana, su gran moral cristiana y la capacidad de esta mujer para realizar, conociendo la dificultad de ser mujer por aquella época, todo lo proyectado por su marido. Muere en Bornos el 14 de agosto de 1583.


Francisco Miguel Palomino. (S. XVII)

Era natural de Jerez de la Frontera y empezó a trabajar como enfermero del Hospital de la Resurrección el 20 de febrero de 1674, con un sueldo de 18 ducados anuales. Según nos relata Manuel Barra, vivió siempre en el mismo hospital, con su familia. De su caridad podremos encontrar numerosos testimonios escritos en los libros de cuentas que se conservan. Muere el día 28 de enero de 1684, y quiso ser enterrado “…en el compás donde se entierra a los pobres, porque así fue su voluntad…”, junto a los que él había ayudado en su labor de enfermero.

Puso gran diligencia en la construcción de la enfermería nueva por las limosnas que para ello reunió. En su partida de defunción contenida en el Libro donde se toma la razón de los pobres enfermos que mueren en el Hospital de la Resurrección, se dice, según transcribe Manuel Barra, “…dejó una imagen de Nuestro Señor Jesucristo amarrado a la columna…”, siendo esta la primera noticia que tenemos de nuestro Sagrado Titular, que colocó en un Altar con todos los adornos que pudo. Unos años después, concretamente en 19 de diciembre de 1691, se finalizó el actual retablo y suponemos que se sustituyó el altar que puso el hermano Francisco Miguel Palomino “…Este retablo mandó dorar D. Sebastián Muñoz de Mendoza y Dª Marina Ponce de León, su mujer, por su devoción. Púsose en 19 de diciembre de 1691”.

Según la investigación de Manuel Barra, “La imagen del Cristo de la Flagelación fue donada antes del 14 de marzo de 1683 por Francisco Miguel Palomino”. Este acontecimiento es esencial para el conocimiento de los orígenes de nuestra Hermandad puesto que debemos reflejar también que fundada y reorganizada hacía Estación de Penitencia el Miércoles Santo del año 1714 con las imágenes de Jesús atado a la columna, la Virgen de la Angustias y San Juan.


María Jiménez (S. XVII)

Fue digna sucesora del fallecido Francisco Miguel Palomino y se puede constatar según Manuel Barra, que colaboró, dentro de su pobreza, en el esplendor de la Iglesia Hospital de la Resurrección. 

Según se desprende de la transcripción de su partida de defunción “… enterrose el 27 de enero de 1698 años […] vecina de esta villa, en el Hospital de la Resurrección, en la calle Granada, recibió los santos sacramentos y otorgó su testamento […] y en el mandó ser enterrada en la iglesia mayor de esta villa, en la entrada de la puerta mayor, al lado de dentro…”

Poco después de su fallecimiento, los patronos del Hospital quisieron reconocer su labor e intentaron que se perpetuase su memoria. Para ello, según relata Manuel Barra, se hizo inventario de sus limosnas y correspondieron a sus desvelos por el Hospital. Del mencionado inventario se desprenden diversos datos que importan a los orígenes de nuestra Cofradía.

Sirvió en el Hospital de la Resurrección catorce años, y en el mencionado inventario se recogen diversas alhajas de la iglesia de la Resurrección o de sus imágenes que aún se conservan. De estas, nos interesa resaltar la adquisición de las Potencias del Cristo de la Flagelación, probablemente la Corona de Nuestra Señora de la Caridad -Ntra. Sra. de la Aurora- porque en 1717 consta el gasto de una corona nueva para Nuestra Señora de las Angustias.

Pero el hecho relevante sin duda es la adquisición de una hechura de Jesucristo Resucitado según consta en toma de cuentas del año 1694 “son data trescientos y veinte y cinco reales, que valen once mil y cincuenta maravedís que pagó […] por la hechura de un Jesús Resucitado para esta casa, la cual costó novecientos y cuarenta reales, y pagó la Hermana María Jiménez siscientos y quince reales que buscó de limosna, con que se cumplió la partida”.


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Estas en esencia fueron las personas que influyeron de manera decisiva a la creación de la Cofradía de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la que continuamos con el Titulo de Venerable e Ilustre Hermandad Santo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, de la que en otros capítulos intentaremos desvelar como fue en sus inicios, sus relaciones con la Orden Tercera de los Siervos de María y otros datos interesantes para conocer la idiosincrasia de la Flagelación de Bornos.

14.3.12
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