«El que venga a mi, no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed.» (Jn 6,35)

Iglesia de la Resurrección de Ntro. Sr. Jesucristo

La Sede Canónica de nuestra Hermandad, desde sus inicios siempre ha sido la Iglesia de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo de Bornos. Este templo, perteneciente a la parroquia Santo Domingo de Guzmán tiene una dilatada historia y ha pasado por numerosas vicisitudes a lo largo de sus casi 500 años de existencia.

Vista del interior del templo

De planta rectangular, acabado como lo conocemos ahora en el primer cuarto del siglo XVIII, comenzó su existencia en 1576, cuando el mandato testamentario de Diego Álvarez de Bohórquez fue llevado a cabo por sus descendientes. Posee un excelente artesonado de estilo mudéjar, en consonancia con otros templos andaluces de la época como los que podemos encontrar en Sanlúcar de Barrameda, Monasterio de Palos de la Frontera y algún otro.

Detalle del artesonado mudejar
Hasta 1721, la iglesia de la Resurrección careció de un buen retablo en su altar mayor año en el que se acometió su construcción por una cifra que ascendió a 9.000 reales que se obligó a pagar don Francisco Muñoz de Mendoza ante notario público y de los que el hospital le debía reembolsar 2.000 reales, llegando a pagar este último 2.465 reales en realidad. 

El 30 de septiembre de 1728 don Luis de Salcedo y Azcona, Arzobispo de Sevilla, redacta la licencia “para que en el sagrario de la referida capilla, se coloque a S.M Sacramentado", fecha ésta, en la que podemos considerar acabada la construcción del templo. “ En el día 14 de agosto de 1729, en la tarde, se hizo y celebró la traslación de Jesús Sacramentado, con solemne procesión, que salió de la iglesia parroquial del Señor Santo Domingo y recorrió las calles públicas y acostumbradas del día de Corpus y concluyó entrando en la iglesia de este hospital...”


Retablo mayor de la Resurrección

Su retablo mayor, no fue dorado hasta 1746 por Miguel Carreño, corriendo con los gastos del mismo doña Mariana Carrasco, esposa de don Francisco Muñoz de Mendoza, de gran calidad y estilo barroco con hornacina y columnas salomónicas, le da al templo una gran luminosidad por la calidad de su dorado.


Detalle de la espadaña antes de su restauración
Debido a su lamentable estado se acometió una restauración integral del templo en el año 2000, gracias a la colaboración de varias instituciones y al esfuerzo de los bornenses que con sus aportaciones lograron devolver todo su esplendor al templo que hoy se encuentra abierto al culto y en perfecto estado de conservación, para orgullo de todos.


Click en la foto para ver el proceso de restauración y los resultados


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