abril 2012
«El que venga a mi, no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed.» (Jn 6,35)

26.4.12
El símbolo de Jesús como pastor bueno produce hoy en algunos cristianos cierto fastidio. No queremos ser tratados como ovejas de un rebaño. No necesitamos a nadie que gobierne y controle nuestra vida. Queremos ser respetados. No necesitamos de ningún pastor. No sentían así los primeros cristianos. La figura de Jesús buen pastor se convirtió muy pronto en la imagen más querida  de Jesús. Ya en las catacumbas de Roma se le representa cargando sobre sus hombros a la oveja perdida. Nadie está pensando en Jesús como un pastor autoritario dedicado a vigilar y controlar a sus seguidores, sino como un pastor bueno que cuida de ellas.

El "pastor bueno" se preocupa de sus ovejas. Es su primer rasgo. No las abandona nunca. No las olvida. Vive pendiente de ellas. Está siempre atento a las más débiles o enfermas. No es como el pastor mercenario que, cuando ve algún peligro, huye para salvar su vida abandonando al rebaño. No le importan las ovejas.

Jesús había dejado un recuerdo imborrable. Los relatos evangélicos lo describen preocupado por los enfermos, los marginados, los pequeños, los más indefensos y olvidados, los más perdidos. No parece preocuparse de sí mismo. Siempre se le ve pensando en los demás. Le importan sobre todo los más desvalidos.

Pero hay algo más. "El pastor bueno da la vida por sus ovejas". Es el segundo rasgo. Hasta cinco veces repite el evangelio de Juan este lenguaje. El amor de Jesús a la gente no tiene límites. Ama a los demás más que a sí mismo. Ama a todos con amor de buen pastor que no huye ante el peligro sino que da su vida por salvar al rebaño.


Por eso, la imagen de Jesús, "pastor bueno", se convirtió muy pronto en un mensaje de consuelo y confianza para sus seguidores. Los cristianos aprendieron a dirigirse a Jesús con palabras tomadas del salmo 22: "El Señor es mi pastor, nada me falta... aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo... Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida".

Los cristianos vivimos con frecuencia una relación bastante pobre con Jesús. Necesitamos conocer una experiencia más viva y entrañable. No creemos que él cuida de nosotros. Se nos olvida que podemos acudir a él cuando nos sentimos cansados y sin fuerzas o perdidos y desorientados. Una Iglesia formada por cristianos que se relacionan con un Jesús mal conocido, confesado solo de manera doctrinal, un Jesús lejano cuya voz no se escucha bien en las comunidades..., corre el riesgo de olvidar a su Pastor. Pero, ¿quién cuidará a la Iglesia si no es su Pastor?
J. A. Págola

25.4.12
Nuestra antigua pila que podría pertenecer a los origenes de la Iglesia de la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, siglo XVI, está elaborada en jaspe granate e incrustada en el muro de la sacristía, dispuesta para que los Ministros se lavasen las manos, ante missam y post missam.


 




Consta de dos cuerpos: el inferior, la pila, propiamente dicha, semicircular y baja; y una estela decorativa rectangular con altorrelieve que representa un jarrón de amplias formas curvas combinando formas abiertas, cerradas y enroscadas. Y en la parte superior del jarrón cinco bajorrelieves de estrellas de seis puntas enmarcadas por círculos que se disponen en una estructura de X, siendo la estrella central más grande que las laterales y que tienen mucha similitud con la decoración externa de algunas ermitas e iglesias rurales del norte de España, especialmente de Navarra, que pertenecen a iglesias templarias, aunque la Orden del Temple tuvo muy escasa representación en estas zonas de Andalucía. En general se trata de una decoración extraña y original, lo que se acentúa con el material y el color utilizado.

Hay que mencionar como anécdota que tiene una función para la que no fue concebida. Se trata de que la pila mide el nivel de humedad ambiente con lo que  pasando las manos por su superficie nos puede dar una idea del tiempo que se avecina. Todos los Hermanos que trabajamos en el montaje de los pasos para el Miércoles Santo, una y otra vez, casi automáticamente, cuando las condiciones climáticas lo requieren, pasamos por la Sacristía de la Resurrección para comprobar que la pila está seca, siendo esto indicativo de que no habrá lluvia.

24.4.12
En la Eucaristía del Domingo pasado, como canto de despedida se entonó el REGINA COELI, que es un canto a María del tiempo de Pascua. Durante el tiempo pascual, en lugar del Ángelus, se reza el Regina coeli.

Pudimos observar que la inmensa mayoría de los fieles no sabiamos entonar este hermoso canto pascual. Por ese motivo publicamos la letra del mismo en latín y en castellano, para que quién esté interesado pueda memorizarlo así como oirlo.

CASTELLANO:

V. Reina del cielo, alégrate.
R. Aleluya.

V. Porque el Señor, a quien mereciste llevar.
R. Aleluya.

V. Ha resucitado, como lo había dicho.
R. Aleluya.

V. Ruega al Señor por nosotros.
R. Aleluya.

V. Goza y alégrate, Virgen María. Aleluya.
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.


LATIN:


V. Regína coeli, laetáre.
R. Allelúja.

V. Quia quem meruísti portáre.
R. Allelúja.

V. Resurréxit, sicut dixit.
R. Allelúja.

V. Ora pro nobis Deum.
R. Allelúja.

V. Gaude et laetáre, Virgo María. Allelúja.
R. Quia surréxit Dóminus vere. Allelúja.



Orémus:
Deus, qui per resurrectiónem Fílii tui Dómini nostri Jesu Christi mundum laetificáre dignátus es: praesta quaésumus ut per ejus Genitrícem Vírginem Maríam perpétuae capiámus gáudia vitae. Per eúmdem Christum Dóminum nostrum.
R. Amen.

23.4.12
En innumerables ocasiones hemos coincidido en la Iglesia de la Resurrección con un chiquillo que por aquellos años ya apuntaba unos sentimientos marianos muy enraizados. Quizás la cercanía de la casa de su abuela, practicamente enfrente, le hacía más familiar todo lo relacionado con la Hermandad de la Flagelación.  Junto con sus amigos, Manuel, Ignacio, Álvaro, entre otros, formaron una generación muy preocupada por nuestra Hermandad.
Por motivos que ahora no vienen al caso no pudieron terminar sus sueños, pero él siguió con un sentimiento incontrolable por “La Señora”, como le gusta llamar a la Virgen del Mayor Dolor.
Cuando realiza su trabajo como Vestidor,  que para él no es un trabajo sino una devoción, entra en un diálogo intimo con Ella, mutuamente se cuentan sus cosillas y sobre todo le reza y le reza tan solo con sus miradas. Es una comunicación espiritual muy intensa la que se entrevé en el ambiente cuando Pablo Baena Rodriguez está vistiendo a Nuestra Señora. Al final, con la incondicional ayuda de Loli,  consigue los resultados a los que tan acostumbrados nos tiene y quizás por ello  a los que no le damos la importancia que merecen. Pablo es un experto en el arte de vestir a nuestra Virgen del Mayor Dolor, al igual que a la demás Imágenes de la Vírgen de nuestra Parroquia.


Ntr. Sra. del Mayor Dolor (Pascua de Resurrección 2012)

Esta instantánea es la prueba de cómo una Dolorosa puede lucir su alegría por la resurrección de su Hijo y de que Pablo y Loli son sus humildes servidores. Nuestra Hermandad aunque sabe que a ellos no les gusta que les digamos estas cosas quiere reconocerles su entrega incondicional y altruista. 

Al tiempo les desea que el Señor les conceda muchas ocasiones para que con su labor desinteresada puedan seguir vistiendo a su Madre en todas las advocaciones pero en especial a «La Señora» de la calle «Graná». Gracias a los dos por todo y feliz Pascua de Resurrección. Élla sabrá interceder por vosotros como por todos los bornenses.


20.4.12 ,
Hemos planteado el título de este artículo con interrogantes, puesto que tenemos serías dudas de si realmente la Hermandad por el año de 1713 estaba o no extinguida y procuramos razonarlas, no sabemos si acertadamente o no.

Después de haber examinado profundamente la fotocopia del documento que relata la refundación de nuestra Hermandad en 1713 que obra en nuestros archivos y que en su día nos hizo llegar D. Manuel Barra Rodriguez junto con una relación de otros documentos que poseía en los suyos, nos hemos aventurado a realizar una transcripción literal del mismo, no sin hacer las necesarias reservas, puesto que hay terminos dificilmente legibles y dado que la redacción peculiar del mismo que incluye numerosas abreviaturas, nos crea algunas lagunas que hemos intentado resolver con soluciones entre corchetes para procurar descifrar su contenido que después analizaremos. Esta aventurada transcripción e interpretación se justifica porque no poseemos ninguna de persona estudiosa, aunque si conocemos de la existencia de trabajos inéditos de Manuel Barra que nos gustaría conocer, como el titulado “Diego Alvarez y su Hospital de la Resurrección”.

Sin más preambulos, este es el importantísimo documento que nos sirve para descubrir nuestras raices tal cual obra fotocopia en nuestro poder.


Accede al documento picando en la imágen

Según hemos podido entender en su contenido dice:


EN EL NOMBRE DE DIOS. AMEN
En la Villa de Bornos en veinte dias del mes de agosto de mil setecientos y trece años.
[Estando] en la Iglesia del Hospital de la Resurrección de esta Villa. Son a saber el Licenciado D. Alonso García del Castillo Patrono y adminstrador de dicho hospital, D Francsico Muñoz de Mendoza, D Joseph Muñoz de Mendoza, D. Sancho de Leyba Ladrón de Guebara, D. Miguel Carrasco, Señor Carrasco Armario, Señor Garrido, Batolomé de Hinojosa, Domingo de Camas, Señor Silvestre, Señor Hidalgo, Señor Lopez Angulo, Señor de Armario y Diego del Castillo Coronado que juntos y de mancomún y todos de un acuerdo dijeron
Que por cuanto la Cofradía que en dicha Iglesia estaba fundada advocación de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo que celebraba los dolores de María Santísima de las Angustias se había extinguido y los hermanos de dicha Cofradía algunos habían fallecido y el Mayordomo que tenía se había ausentado llevandose los libros dejanto desierta la dicha hermandad determinaron por piadoso celo y devoción exigir y fundar de nuevo dicha cofradía por la mucha devoción que tenían a María Santísima de las Angustias imagen de la dicha cofradía en cuya virtud nombraron por hermanos mayores a los dichos señores Don Francisco Moñoz de Mendoza y Don Sancho de Leyba y por Mayordomo al dicho Don Alonso García del Castillo y distribuyeron y destinaron los hermanos que en cada mes habrian de tener cuidado de la demanda y ejercicio que [acabado] y no pertencia sin que se entienda ni se ha visto que las cuentas que se dieren ante el Señor Vicario o Señor Visitador u otro Señor Juez eclesiastco que tomarlas pueda al aprobarlas, se les haya de hacer cargo de las antecedentes, ni tener intervención alguna con las demas de cargo y data de todas ni alguna de ellas porque de otra forma renuncian y se apartan de dicha Cofradía y Hermandad y solo se obligan a dar la cuenta individual de todos los demás que hubieren entrado en poder de dicho Mayordomo desde el dicho día así mismo dicho.
Y en esta consideración aceptaron los dichos nombrados el Oficio y Cargo que se les había dado y pidieron y suplicaron al Señor licenciado Don Guillermo Ruiz de Pérez Vicario de las Iglesias y Clero de esta Villa y tenga por bién de interponer ante Cabildo su autoridad y su señorial decreto para que valga. Según y conforme su contenido y lo firmaron”.
Podemos concluir que el anterior documento no tiene desperdicio alguno y que la interpretación de su contenido es clara y contundente. El día 20 de Agosto de 1713 se produjo una reunión formal, que sin duda alguna debió de tramarse con anterioridad y concienzudamente, por el número de asistentes y por la importancia de los asuntos a tratar, donde se propone y -exige- la refundación la Hermandad de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. En otro momento analizaremos el decreto del Sr. Vicario de la Villa aprobando dicha refundación.
También podemos pensar que la extinción de la Hermandad de la Resurrección no debió de prolongarse durante mucho tiempo, puesto que la marcha de su Mayordomo a Morón de la Frontera, pudo dejar momentaneamente sin rumbo documental a la organización, ya que se marchó llevandose los libros de la misma. No sabemos los motivos, pero leyendo entre lineas, nos atreveríamos a decir que ni siquiera llegó a extinguirse, sino que fué necesaria una refundación formal, para liberar de responsabilidad a los que quedaron y empezar desde cero la cuentas de la Hermandad. Esta afirmación, no deja de ser expeculativa, pero según leemos en el documento se hace un verdadero esfuerzo por parte de su redactor en dejar claro que los firmantes quedan sin responsabilidad de las cuentas dadas y no dadas con anterioridad y solo se responsabilizan de las que deben dar desde el día de la fecha en adelante, condición que claramente ponen para asumir una nueva etapa.
Iremos analizando en otros artículos el documento que hemos publicado y el Decreto que le da luz verde formalmente a la decisión tomada el 20 de agosto de 1713.
PBJ

19.4.12
Lucas describe el encuentro del Resucitado con sus discípulos como una experiencia fundante. El deseo de Jesús es claro. Su tarea no ha terminado en la cruz. Resucitado por Dios después de su ejecución, toma contacto con los suyos para poner en marcha un movimiento de "testigos" capaces de contagiar a todos los pueblos su Buena Noticia: "Vosotros sois mis testigos".




No es fácil convertir en testigos a aquellos hombres hundidos en el desconcierto y el miedo. A lo largo de toda la escena, los discípulos permanecen callados, en silencio total. El narrador solo describe su mundo interior: están llenos de terror; solo sienten turbación e incredulidad; todo aquello les parece demasiado hermoso para ser verdad.

Es Jesús quien va a regenerar su fe. Lo más importante es que no se sientan solos. Lo han de sentir lleno de vida en medio de ellos. Estas son las primeras palabras que han de escuchar del Resucitado: "Paz a vosotros... ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior?".

Cuando olvidamos la presencia viva de Jesús en medio de nosotros; cuando lo hacemos opaco e invisible con nuestros protagonismos y conflictos; cuando la tristeza nos impide sentir todo menos su paz; cuando nos contagiamos unos a otros pesimismo e incredulidad... estamos pecando contra el Resucitado. No es posible una Iglesia de testigos.

Para despertar su fe, Jesús no les pide que miren su rostro, sino sus manos y sus pies. Que vean sus heridas de crucificado. Que tengan siempre ante sus ojos su amor entregado hasta la muerte. No es un fantasma: "Soy yo en persona".El mismo que han conocido y amado por los caminos de Galilea.

Siempre que pretendemos fundamentar la fe en el Resucitado con nuestras elucubraciones, lo convertimos en un fantasma. Para encontrarnos con él, hemos de recorrer el relato de los evangelios: descubrir esas manos que bendecían a los enfermos y acariciaban a los niños, esos pies cansados de caminar al encuentro de los más olvidados; descubrir sus heridas y su pasión. Es ese Jesús el que ahora vive resucitado por el Padre.

A pesar de verlos llenos de miedo y de dudas, Jesús confía en sus discípulos. Él mismo les enviará el Espíritu que los sostendrá. Por eso les encomienda que prolonguen su presencia en el mundo: "Vosotros sois testigos de esto". No han de enseñar doctrinas sublimes, sino contagiar su experiencia. No han de predicar grandes teorías sobre Cristo sino irradiar su Espíritu. Han de hacerlo creíble con la vida, no solo con palabras. Este es siempre el verdadero problema de la Iglesia: la falta de testigos.
J. A. Págola

16.4.12
En 2013 se cumplen los 300 años de la primera refundación -de las dos que se conocen- que tuvo la “Hermandad de la calle Graná”, tildada así por los habitantes de Bornos ya que su sede canónica se encuentra en la antigua calle Granada (calle que ya por sí sola puede rellenar hojas y hojas de historias). Por lo tanto, debido a esta efeméride tricentenaria y como hermano y miembro de la actual Junta, es mi voluntad aportar este granito de arena y dejar constancia, a lo largo de este año 2012, de algunos detalles históricos que nuestra hermandad ha vivido desde sus inicios.

Para ello me apoyaré, como no, en datos del ya desaparecido don Manuel Barra Rodríguez, historiador más importante que ha dado la villa de Bornos, que también fuera hermano refundador, en 1951, de esta nuestra Hermandad de la Resurrección. Él es el auténtico hacedor del trabajo investigado que hoy conocemos. Yo aportaré algunos datos nuevos desconocidos que espero sirvan para hacernos ver a todos los hermanos la importancia histórica que posee nuestra hermandad, pero siempre respetando la investigación de Manolo Barra, al que desde pequeño admiré y sigo admirando por su ingente labor por y para Bornos.



La Hermandad de la calle “Graná” es hoy una corporación de hermanos y fieles católicos de la que desconocemos por completo el año exacto de su creación, pero sí poseemos una muestra muy importante y tangible que sirvió de base para su fundación, el documento que plasmó la voluntad de un señor, don Diego Álvarez, natural y vecino de Bornos, el cual quiso dejar como condición en su testamento lo siguiente: “si los vecinos de esta villa quisieran hacer una hermandad o cofradía en la iglesia y hospital de la Resurrección, que la puedan hacer, teniendo la dicha cofradía el nombre de la Santísima Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”. Esta cláusula quedó testada un sábado 19 de enero del año 1555 ante el escribano público Antón Benítez (que nada tiene que ver con el que suscribe este artículo).

A pesar de esta última pequeña nota de humor, no me gustaría perder la ocasión para dejar constancia, con la seriedad que requiere el tema y a través de mi opinión personal, sobre la voluntad que el patrono principal plasmó en su testamento. Pienso que, a pesar de que la Hermandad tiene por titulares a Cristo Flagelado y a la Virgen Dolorosa, deberíamos seguir denominándola como “Hermandad de la Resurrección”. ¿Por qué pienso esto? Primero, por quererlo así el primer patrono: fundador y artífice de las “raíces titulares” de la Hermandad. Segundo, porque ello ayudaría a la “demostración oral” de que la Hermandad es la auténtica que proviene de esa voluntad testamental. Tercero, por tener el apoyo nominal en la causa de que dicha hermandad se encuentra en la Iglesia del mismo nombre. Es más, la Hermandad debería estudiar en un futuro próximo alargar su título y no dejarlo sólo en eso de Santo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, lo más correcto -históricamente hablando- sería incluir como tercer nomen lo siguiente: “y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”. De esa forma haríamos verdadero honor y justicia al fundador Diego Álvarez.

Tras esta disertación personal, pasemos ya a lo que nos ocupa. Podemos hacer un primer índice que sirva como base histórica de este estudio; creo, además, que servirá para la mejor comprensión del devenir histórico de la Hermandad, y es por lo que podemos dividir la historia de la actual Venerable e Ilustre Hermandad del Santo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, ubicada en la Iglesia de la Resurrección, en tres fases históricas: Desde 1576 al año 1713, desde 1713 a 1951 y una última que va desde el citado año 1951 a la actualidad.


Diego Álvarez, fundador del Hospital e Iglesia de la Resurrección, también dejó plasmado en su testamento del año 1555 que “dicho Hospital se comenzase a construir una vez que mi mujer, doña Guiomar de Torres, falleciese”.Esta mujer murió en 1583. Entonces, ¿por qué utilizo esa fecha de 1576 para comenzar un estudio histórico de la Hermandad? Intentaré explicarlo en el próximo artículo.

(Inserto, como ilustración al artículo, una foto con el cuadro de doña Guiomar de Torres que siempre estuvo en la Iglesia de la Resurrección, y que por razones que no conozco se encuentra ahora en la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Guzmán. Creo que la fundadora de la Iglesia y Hospital de la Resurrección debe y merece estar en el lugar lógico que le corresponde: La Iglesia de la Resurrección).
A. Benítez.

14.4.12
Estando ausente Tomás, los discípulos de Jesús han tenido una experiencia inaudita. En cuanto lo ven llegar, se lo comunican llenos de alegría: "Hemos visto al Señor". Tomás, los escucha con escepticismo. ¿Por qué les va creer algo tan absurdo? ¿Cómo pueden decir que han visto a Jesús lleno de vida, si ha muerto crucificado? En todo caso, será otro.


Los discípulos le dicen que les ha mostrado las heridas de sus manos y su costado. Tomás no puede aceptar el testimonio de nadie. Necesita comprobarlo personalmente: "Si no veo en sus manos la señal de sus clavos... y no meto la mano en su costado, no lo creo". Solo creerá en su propia experiencia. 


Este discípulo que se resiste a creer de manera ingenua, nos va a enseñar el recorrido que hemos de hacer para llegar a la fe en Cristo resucitado los que ni siquiera hemos visto el rostro de Jesús, ni hemos escuchado sus palabras, ni hemos sentido sus abrazos.

A los ocho días, se presenta de nuevo Jesús a sus discípulos. Inmediatamente, se dirige a Tomás. No critica su planteamiento. Sus dudas no tienen nada de ilegítimo o escandaloso. Su resistencia a creer revela su honestidad. Jesús le entiende y viene a su encuentro mostrándole sus heridas. 

Jesús se ofrece a satisfacer sus exigencias: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos. Trae tu mano, aquí tienes mi costado". Esas heridas, antes que "pruebas" para verificar algo, ¿no son "signos" de su amor entregado hasta la muerte? Por eso, Jesús le invita a profundizar más allá de sus dudas: "No seas incrédulo, sino creyente".


Tomás renuncia a verificar nada. Ya no siente necesidad de pruebas. Solo experimenta la presencia del Maestro que lo ama, lo atrae y le invita a confiar. Tomás, el discípulo que ha hecho un recorrido más largo y laborioso que nadie hasta encontrarse con Jesús, llega más lejos que nadie en la hondura de su fe: "Señor mío y Dios mío". Nadie ha confesado así a Jesús.

No hemos de asustarnos al sentir que brotan en nosotros dudas e interrogantes. Las dudas, vividas de manera sana, nos salvan de una fe superficial que se contenta con repetir fórmulas, sin crecer en confianza y amor. Las dudas nos estimulan a ir hasta el final en nuestra confianza en el Misterio de Dios encarnado en Jesús.

La fe cristiana crece en nosotros cuando nos sentimos amados y atraídos por ese Dios cuyo Rostro podemos vislumbrar en el relato que los evangelios nos hacen de Jesús. Entonces, su llamada a confiar tiene en nosotros más fuerza que nuestras propias dudas. "Dichosos los que crean sin haber visto".
J. Antonio Págola

13.4.12 ,
Si tuviesemos que describir la imágen de la Virgen del Carmen de la Iglesia de la Resurrección, no tendríamos mas remedio que recurrir al inventario más completo que tenemos, hecho por D. Rafael Centella, donde se describe:


"Imagen para vestir que presenta amplia corona plateada y ropajes que unen sencillez y plasticidad cromática. El rostro con ojos vítreos no responde a la típica representación de la Virgen del Carmen, sus facciones son excesivamente redondeadas. Los ojos con mirada baja, indican humildad y sumisión ; la pequeña boca curvada pintada en exceso en rojo intenso; la barbilla sobresale con forma curvada; las mejillas sonrojadas y las cejas perfectamente dibujadas y perfiladas hacen que su belleza sea más mundana que virginal.

La expresividad nula, es una talla fría, el autor busca más la perfección de las formas que la religiosidad. Las manos extrañas, excesivamente delgadas para el tamaño corporal, igualmente contrasta el color, más intenso en los dedos. La postura del conjunto de la obra incide en una cierta delicadeza pero siempre dentro de una frialdad, es una obra que no trasmite vida, fuerza...

Respecto a la corona responde al modelo de amplia base decorada en formas vegetales abiertas y circulares, siempre muy variadas, con haces de luz asimétricas en tamaño y forma."

Pero nosotros no podemos estar de acuerdo con la anterior descripción por incompleta. Deja al márgen, la relación de algunos siglos de antiguedad que mantiene con los fieles de Bornos, el esmero con el que mucha gente a través de los tiempos han ido cuidando esta pequeña talla, pero al mismo tiempo grande en presencia y la descripción de su peana que indudablemente tiene gran valor artístico, digno de resaltar. Por último no menciona ni una sola palabra para describir su retablo.

Casi con toda probabilidad, el grupo artístico al que nos referimos se encuentra en la Iglesia de la Resurrección desde que se produjo el traslado de la Virgen de la Caridad (hoy Señora de la Aurora) a la Ermita de la Caridad de la calle Jardín, templo éste tristemente desaparecido.


Archivo de la Hermandad

10.4.12
Este año podemos estar satisfechos de nuestra Estación de Penitencia entre otros motivos porque la afluencia de bornenses a la misma ha sido muy numerosa, sensiblemente superior a años pasados, durante todo el itinerario por el que transcurrió nuestra Cofradía.

Así mismo hemos superado el número de Hermanos que han participado en ésta, sobrepasando los 100 nazarenos, y observando un ejemplar comportamiento durante todo el recorrido.

Especial mención merecen los pequeños que formaron parte del cortejo, así como la banda de cornetas y tambores Amor y Sacrificio de la localidad sevillana de Lebrija. Los primeros porque demuestran año tras año que la fe y la edad no están reñidas y los segundos porque demostraron con su exquisito repertorio, saber estar y profesionalidad, su gran amor por la Pasión del Señor.

A la hora prevista se produjo una emotiva entrada en la Iglesia de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, sin tener que recoger ningún incidente, con todo decoro y solemnidad, poniendonos, una vez más, nuestra cofradía los bellos erizados y las lágrimas en las mejillas.

Desde este espacio queremos felicitar a todos los participantes en la Estación de Penitencia de este año y en especial a las cuadrillas de costaleros que con su trabajo la hacen posible al igual que a nuestro Mayordomo que ejerce su misón en la dirección de la Cofradía como el mejor. 

Todos desde el primero hasta el último hermano/a que tenían responsabilidad en la organización de la Hermandad han cumplido sobradamente con su cometido y ello nos  congratula.

Click en la foto para ver la galeria

Os animamos a seguir trabajando con ilusión por nuestra Hermandad, para mejorarla año a año y para que todos los creyentes de nuestro pueblo puedan ver Miercoles Santo a Miercoles Santo  nuestra demostración pública de fe. Que Jesucristo Resucitado os conceda las intenciones que le pedisteis a traves del Santo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor.

8.4.12
¡ HA RESUCITADO !




De acuerdo con los escritos cristianos, el Domingo de Pascua es el día en el cual Jesús salió de su sepulcro. Este hecho es fundamental para el cristianismo. La historia cuenta que en cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia. Mientras tanto, Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. El desconsuelo que habían tenido la noche anterior se transforma en un júbilo general. Rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos y todos permanecen con la Virgen en espera del gran momento de volver a encontrarse con el Señor.



Señor resucitado   

Tú vives, has resucitado de entre los muertos.
Tú vives, la muerte ha sido vencida.
Tú vives, la vida es más grande que la muerte.
Tú vives, primicia de todos los vivos.
Tú vives, y eres la vida.
Tú vives, tu carne no ha conocido la corrupción.
Tú vives, no has sido abandonado a la muerte.
Tú vives, y nos enseñas el camino de la vida.
Señor resucitado, sé nuestra fuerza, nuestra vida.
Señor resucitado,
danos la alegría de vivir.
Señor resucitado,
enséñanos a caminar como hermanos a tu encuentro.
Señor resucitado,
haz de nosotros una comunidad en marcha,
una comunidad viva y de vida.
Señor resucitado,
pon calor en nuestros corazones.
Señor resucitado,
pon claridad en nuestros ojos de creyentes.
Señor resucitado,
pon humildad en nuestra vida entera.
para reconocerte como vivo.
Señor resucitado,
pon espíritu en nuestra alma
para confesarte delante de todos con valentía.

¡ FELIZ PASCUA DEL SEÑOR !

Anfora y Corazón

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