«El que venga a mi, no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed.» (Jn 6,35)

Cultos Cuaresmales II

TRIDUO SEGUNDO DIA
COFRADÍA DE LA RESURECCIÓN



Somos los que flagelamos al Señor diariamente. Los que lo atamos para que no se mueva, para que se quede ahí mientras nosotros, con nuestros pecados, lo maltratamos y lo apenamos.

Así nos lo cuenta San Mateo:

Pilatos les preguntó: ¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías? Contestaron todos: Que lo crucifiquen. Pilatos insistió; Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban más fuerte: ¡Que lo crucifiquen! Al ver Pilatos que todo era inútil y que al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia del pueblo, diciendo: Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros! ... les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

Oración :

Cristo flagelado, que por nuestro pecado,
a una columna eres atado, golpeado,
insultado, de tus vestiduras despojado,
y de espinas coronado.
Ante ti nos arrodillamos,
y aunque venimos con nuestros egoísmos,
avaricias y faltas;
queremos unirnos a tu sufrimiento e imploramos tu perdón.

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Perdona a tu pueblo Señor,
Perdona a tu pueblo,
Perdónale Señor.




Oración :

Señora nuestra del Mayor dolor soportado,
Quiero compartir contigo, acongojado,
Las penas de tu corazón abrumado,
Al ver agonizado a tu Hijo, el bien amado.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Sálvame, Virgen María,
óyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía,
Virgen María Sálvame.
Virgen María sálvame, sálvame.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración final :

Padre misericordioso, que has querido que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio del flagelo y la cruz para librarnos del poder del pecado, concédenos llegar a la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
28.3.12

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